Los precios se disparan al 9,8% por la guerra de Ucrania

Toda la cesta de la compra sube de precio respecto a marzo de hace un año, pero también en comparación con el pasado mes de febrero, cuando ya de por sí se llegaron a niveles que no se veían desde hacía 36 años. En tasa mensual (marzo sobre febrero), la inflación sube un 3%, su mayor alza mensual desde 2002, con el impacto de la guerra de Ucrania como telón de fondo, que ha conllevado la subida de los precios energéticos y de muchos otros productos por la falta de materias primas.

Así lo explican desde el Ministerio de Asuntos Económicos, que analizan que un 73% de este alza se debe al impacto de la invasión rusa sobre los precios de la energía y los alimentos no elaborados. Por ello, consideran «urgente» desplegar el Plan de choque aprobado ayer en Consejo de Ministros que consiste en 6.000 millones de euros en ayudas directas y rebajas de impuestos, y otros 10.000 millones en créditos ICO. El objetivo es «poder revertir esta tendencia alcista, frenar el aumento de costes a empresas y familias e iniciar a corto plazo la reducción de la inflación hasta niveles más moderados».

El propio presidente del Gobierno reconoció en su intervención en el Pleno del Congreso que la tasa de inflación del 9,8% es «un mal dato», pero confía en que las medidas adoptadas permitan «estabilizar» su evolución. Así, se mostró convencido de que el plan de choque y el acuerdo en la UE para poner un precio de referencia del gas va a permitir «doblegar la curva y estabilizar la evolución del coste de la vida».

Es una tasa mucho más elevada que la de países del entorno que también están sufriendo las consecuencias de la guerra de Ucrania, como Alemania, donde los datos regionales publicados este miércoles prevén que la inflación de marzo sea del 7%, dos puntos superior a la que tuvieron en febrero pero aún casi tres puntos por debajo de la española.

Volviendo a nuestro país, la tasa de inflación subyacente (que no incluye la energía) sube cuatro décimas hasta situarse en el 3,4%, la más alta desde septiembre de 2008 pese a estar seis puntos por debajo del IPC general. Por su parte, el IPCA, que proporciona una medida común de la inflación para poder hacer comparaciones internacionales, se situó en el 9,8% en tasa anual, más de dos puntos por encima de la de febrero.

Esta es la decimoquinta tasa positiva que encadena el IPC, según los datos avanzados por el INE, que publicará los definitivos el próximo 13 de abril.

El Banco de España ya había adelantado ayer que el dato de inflación que se conocería este miércoles sería «particularmente negativo». El gobernador Pablo Hernández de Cos aseguró que la guerra en Ucrania está generando un «shock energético» y advirtió de que los precios se mantendrán elevados, si bien no en los niveles actuales, sí más que hace un año. Así, abogó por un pacto de rentas entre trabajadores y empresas, de forma que unos sacrifiquen parte de poder adquisitivo y otros, parte de sus beneficios, para contener la subida.

El profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, José Manuel Corrales, explica a este periódico que las medidas adoptadas por el Gobierno en su Plan de choque pueden tener «efectos positivos en el control» de la inflación, aunque dependerá en gran medida de que la guerra continúe «y del grado de consenso político e institucional» que tenga dicho plan. El experto vaticina que la inflación media del año pueda llegar a ser del 7%. Es una previsión similar a la de Funcas (6,8%), que defienden que se puede evitar una inflación a doble dígito con el plan de choque del Gobierno que hará bajar el precio de los carburantes.

Todo indica que los precios seguirán su tendencia al alza durante los próximos meses, y los analistas consultados incluso prevén que en pocos meses se llegue a los dos dígitos. El IPC solo superó el 10% en 1984, precisamente como consecuencia de la grave crisis energética y de petróleo vivida en los años anteriores, que llegó a dispararla hasta por encima del 15%. Entonces, España contaba con la peseta como divisa -faltarían casi 15 años para que entrara en vigor el euro- y el Ejecutivo optaba por devaluarlo como medida de contención de los precios imparables.