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El precio de la luz vuelve a bajar hoy 26 de marzo y el megavatio hora se pagará a 237,45 euros de media. Recupera los números de la última semana, después de que este viernes se disparase hasta los 263 euros. La diferencia de ... precios entre los tramos estriba fundamentalmente en los peajes y cargos, que son más elevados en punta, intermedios en el llano, y más asequibles en el periodo valle. Hoy 26 de marzo, el megavatio hora se pagará en hora punta (cargos y peajes incluidos) a 292,24 euros y a 199,69 euros en hora valle. El tramo más barato se registrará entre las 15 y 16 horas.
El mercado mayorista diario de la luz, pese a estar lejos de su máximo histórico alcanzado el 8 de marzo con 542 €/MHw, está en niveles muy elevados y no se espera una bajada inminente. Pese a que febrero supuso un respiro, el también conocido como 'pol' ha marcado durante la primera quincena de este mes una media de 336 euros el megavatio hora.
El Gobierno pretendía rebajar el precio de la luz por debajo de los 180 euros. Lo anunciaron el 17 de marzo pero cuatro días después, dan marcha atrás. Ahora, el Ejecutivo dice que trabaja en otras opciones que permitan concitar mayor unanimidad en el ámbito de la Unión Europea. El objetivo, de aquella medida anunciada por la ministra Ribera, era desacoplar el precio del gas del mercado eléctrico si Europa no tomaba una decisión para reformar el mercado.
El gas sigue marcando la pauta de los precios eléctricos. Desde el 1 de enero hasta el 15 de marzo el consumo de esta fuente de energía ha aumentado un 12,6% respecto al mismo periodo del año pasado. Y el motor de este crecimiento, señalan los expertos del Grupo ASE, que es la demanda para la generación de electricidad, y no la industrial.
Al menos, en los últimos días la cotización del gas en los mercados ha bajado un 50% desde los máximos que se marcaron el 7 de marzo, cuando el precio del TTF -el gran mercado mundial- para abril superó los 200 €/Mwh. Pese a todo, la curva de precios para 2022 se sitúa un 60% por encima de los días previos a la guerra, y siempre superando los 100 euros. «Al estar indexados al gas, los mercados europeos también han experimentado un fuerte descenso en los últimos días», añaden en el Grupo ASE, «pero también los productos de futuros para 2022 se han elevado con claridad desde la invasión rusa de Ucrania».
El mercado energético continúa en niveles excesivamente altos que suponen un duro revés para las familias. Los más de 10,5 millones de hogares acogidos a la tarifa regulada de luz que están recibiendo estos días las facturas eléctricas de febrero se vuelven a percatar de los elevados precios a los que están pagando este suministro básico. El recibo medio del PVPC (Precio Voluntario del Pequeño Consumidor), que hasta 2021 raramente superaba los 60 euros al mes, ha pasado a incrementarse más allá de los 130 euros, de media, según los cálculos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Y la espiral irá a más, a tenor de cómo se comporta el mercado mayorista en esta nueva crisis energética.
Europa también se ha visto afectada por la escalada de precios de la electricidad. Todos los países europeos marcan registros superiores a los 300 €/Mwh). El pico lo marca Italia, con 367 euros, seguido de Reino Unido (350) y Francia (343). La excepción la constituye Alemania (295 €/Mwh). Pese a ser el país europeo con mayor dependencia del gas ruso, también es el que cuenta con mayor capacidad de generación fotovoltaica de autoconsumo. Incluso el día 11 de marzo registró precios «cero» en las horas de máxima radiación solar.
Los altos precios de la electricidad afectan directamente a los usuarios de la tarifa regulada, el denominado Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor ( PVPC). Esta modalidad de suministro se configura con los precios del mercado eléctrico mayorista ('pool') más los peajes y cargos, que representan la factura regulada del recibo y son fijados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ( CNMC) y el Ministerio de Transición Ecológica respectivamente.
Los primeros sirven para financiar el transporte y la distribución de la electricidad. Con los cargos se pagan otros conceptos como los incentivos a las energías renovables, parte de los costes de llevar la energía a las islas, o la amortización del déficit de tarifa. No obstante, los consumidores del mercado libre -en el que se pacta un precio con la comercializadora de turno para determinado periodo de tiempo- también resultan perjudicados por esta espiral inflacionista de la electricidad a la hora de renovar sus contratos.
El encarecimiento del mercado eléctrico comenzó a principios de 2021, meses antes de que entrara en vigor la nueva estructura de tarifas. Este esquema de precios establecía para los consumidores domésticos dos periodos de potencia contratada (punta y valle) y tres de energía (punta, llano y valle). La diferencia de precios entre los tramos estriba en los peajes y cargos, que son más elevados en punta, intermedios en el llano, y más asequibles en el periodo valle.
Con estos cambios se pretendía desplazar el consumo a las horas donde la demanda energética es menor, para evitar una sobrecarga de las redes que habría conllevado una mayor inversión en estas infraestructuras, con el consiguiente encarecimiento del recibo.
Sin embargo, los disparados precios del mercado eléctrico obligaron al Gobierno a tomar una serie de medidas para abaratar el recibo que se aplicaron entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre: la reducción del coste de los cargos -que afectaba tanto a los precios de la energía como a la potencia contratada-, la rebaja del Impuesto Eléctrico del 5,11% al 0,5% y la del IVA, que de un 21% pasaba a gravarse con el 10%. Además, se prorrogaba hasta final de año la suspensión del impuesto a la generación de electricidad (7%).
Estos cambios supusieron que, en la práctica, la curva de precios entre los distintos tramos horarios se aplanaba de forma que apenas había diferencia entre consumir durante uno u otro. Sin embargo, el comienzo de año trajo la habitual revisión de la parte regulada del recibo eléctrico. Los peajes disminuyeron un 4,6% respecto a los aplicados desde del 1 de junio con el cambio de tarifa eléctrica.
En cuanto a los cargos, desapareció el descuento aprobado el 1 de septiembre, pero el importe de los nuevos es aproximadamente un 33% menor a los de abril de 2021. Por otro lado, el Gobierno decidió prorrogar las rebajas de los dos impuestos incluidos en la factura (IVA y de Electricidad) y el de generación eléctrica (el IVPEE) hasta el 30 de abril de este año.
La principal esperanza para lograr una bajada del precio de la luz es ahora mismo en la propuesta conjunta que España y Portugal quieren presentar al resto de socios comunitarios. Consiste en limitar el precio de la electricidad en el mercado mayorista a 180 €/Mwh.
La idea es presentar el documento al resto de socios comunitarios en los próximos días, con la confianza de que la espiral alcista de precios, agravada por la guerra en Ucrania en las últimas semanas, abra la puerta a recibir el visto bueno definitivo de Bruselas. Sin embargo, y al menos hasta ahora, la posición de la Comisión, y sobre todo de Alemania, era contraria a limitar precios. Sobre todo en el mercado mayorista.
Conseguir una factura más barata pasa por cambiar una serie de hábitos. El primero de ellos, consumir en la medida de lo posible dentro de los tramos valle (de 00.00 h. a 08.00 h. de lunes a viernes y todas las horas del fin de semana). También es interesante ajustar lo máximo la potencia contratada, porque muchas veces se tiene más que la realmente utilizada.
Antes de la generalización de los contadores digitales era casi imposible para un usuario doméstico saber cuánta potencia eléctrica utilizaba. Pero con los nuevos dispositivos de medición todo el mundo puede acceder a esos datos. Las distribuidoras -las dueñas del 'cable' por el que llega la luz hasta el punto de consumo- ya ofrecen esa información en sus páginas web y aplicaciones móviles.
Otra manera de rebajar el recibo eléctrico es usar los electrodomésticos de manera eficiente. Por ejemplo, eligiendo los programas que funcionan a temperaturas bajas en la lavadora o el lavavajillas, apagando las placas eléctricas o el horno antes de que acabe el tiempo de cocción para aprovechar el calor residual, o eliminar el 'stand by' para apagar del todo los aparatos.
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