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El primer día de un último fin de semana de agosto que se presumía bastante problemático para quienes vuelven de sus vacaciones estivales, o bien tienen pensado comenzarlas vía tren o avión, transcurrió con relativa tranquilidad pese a las huelgas convocadas en Renfe y también ... en los dos mayores aeropuertos del país: Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat. Eso sí, las colas de pasajeros no pudieron evitarse, aunque fueron bastante menos de las esperadas.
En el caso del ferrocarril, el sindicato CGT había convocado sendos paros parciales en turnos de cuatro horas (de 12:00 a 16:00, y luego de 20:00 a 24:00), el primero este viernes y el segundo el domingo, última jornada de huelga (hubo otras dos el 31 de julio y el 14 de agosto). La operadora pública ya había previsto la cancelación de unos 360 trenes repartidos entre esas dos fechas, de los que casi uno de cada tres (118 en total) eran de alta velocidad (AVE) y Larga Distancia, los más demandados. Los afectados podían cambiar de fecha de desplazamiento o pedir la devolución del dinero, aunque la empresa ha tratado de recolocar a la mayoría de ellos.
Esta anticipación, unido a los elevados servicios mínimos fijados por el Ministerio de Fomento -lo que ha motivado quejas sindicales- hizo que se viviera una normalidad relativa en las estaciones, pese a la reducción de oferta y un volumen de tráfico menor al habitual. En concreto, se garantizaban el 78% de los trenes AVE y de largo recorrido, el 65% de los media distancia y entre el 50% y el 75% (según la franja horaria) para los trenes de cercanías. En los de mercancías, sin embargo, solo circularía el 34%. Desde CGT elevaron por encima del 70% el nivel de seguimiento de los paros, mientras que la dirección de Renfe lo redujo a menos del 3%.
Tampoco hubo incidencias reseñables en la primera jornada de huelga de los trabajadores de asistencia en tierra ('handling') de Iberia en los dos principales aeródromos nacionales, donde los mayores efectos los ha sufrido el grupo de aerolíneas IAG porque Iberia tiene su base en Madrid y la firma de bajo coste Vueling en Barcelona, aunque también prestan servicios a otras compañías. En El Prat las colas, tampoco numerosas, se vieron influenciadas en parte por los paros que los vigilantes de los controles de seguridad y escáneres de pasaje vienen desarrollando desde el pasado 9 de agosto, aunque sus efectos han sido mucho menores que los de hace dos años dado que se han impuesto unos servicios mínimos del 90%.
También aquí las diferencias entre la empresa y los sindicatos al evaluar el grado de apoyo a la huelga fueron notables. Para los respectivos comités de empresa de Iberia en Madrid y Barcelona no bajó del 70%, mientras que la compañía estimó que no alcanzó el 20%. Entre Iberia y Vueling tuvieron que anular cerca de 200 vuelos entre este viernes y el sábado, cuando continuarán las protestas laborales.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, se quejó de los servicios mínimos fijados por Fomento y justificó que los paros coincidieran con la operación retorno de las vacaciones de agosto. Tras lamentar las molestias a los pasajeros, les pidió que entiendan que «los trabajadores aprovechan los momentos en los que se puede visualizar su situación» ante los problemas de «precariedad y temporalidad que sufren».
Para terminar el fin de semana, este domingo comienza la decena de paros convocados por los tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair que se extenderán a septiembre, y que desde mediados de mes coincidirán con la huelga de sus pilotos salvo cambio de última hora. El motivo aducido es el cierre de las bases en Canarias y Girona de la aerolínea líder del segmento 'low cost' en Europa, que solo ha previsto la cancelación de 14 vuelos porque -arguye- la «gran mayoría» de trabajadores le habría «confirmado» que «operarán según su horario previsto».
La clausura está prevista a partir del 8 de enero próximo, pero fuentes sindicales apuntaron que en la reunión que tuvieron este viernes -con el Ministerio de Trabajo como mediador, a quien el sindicato USO criticó por «no tomar partido» ni presentar una propuesta- los representantes de la empresa sugirieron que podrían adelantar esa fecha si no se desconvocan las protestas.
Desde el 1 de septiembre, Eddie Wilson, hasta ahora director de Recursos Humanos de Ryanair, asumirá el puesto de consejero delegado en lugar de Michael O'Leary, quien se centrará en dirigir desde la presidencia la «superestructura» de un grupo que ha crecido con la firma Lauda y otras filiales.
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