Un cheque de más de 200.000 euros por jubilarse más tarde

«Ha habido casos en los que hemos llegado a pagar más de 200.000 euros a una persona por retrasar la edad de jubilación», reconoció el ministro. En contra de lo que pudiera parecer, que abonar estas cantidades tan elevadas a un trabajador pone en tensión las cuentas de la Seguridad Social –que están en números rojos–, Escrivá defendió que es al contrario, que esta medida de incentivos ayuda a reforzar el sistema de pensiones. «Si trabajan más, refuerzan todavía más la sostenibilidad del sistema y el ahorro que se produce es razonable repartírselo entre la persona que mejora la sostenibilidad y el sistema», explicó.

En cualquier caso, el pago de más de 200.000 euros por jubilarse más tarde se trata de un caso excepcional, que multiplica por diez la cantidad media que reciben las personas que lo hacen, puesto que el cheque que el sistema ofrece por retrasar el retiro se ha situado en los 21.000 euros en 2022, según datos aportados a este periódico por el Ministerio de Seguridad Social. Lo más habitual ha sido alargar entre dos y tres años de media la jubilación, con lo que habrán pasado a ser jubilados en torno a los 68 o 69 años, dependiendo de los años que hayan cotizado.

Escrivá ofreció así los primeros resultados sobre el impacto de una de las medidas introducidas en la primera fase de la reforma de las pensiones: los nuevos incentivos a la jubilación demorada, que buscan retrasar la edad efectiva de jubilación para contener los gastos. En 2022, el primer año en el que los nuevos complementos han entrado en vigor, las personas que se han beneficiado de estos pluses se han disparado un 65% hasta acercarse a 4.500, de las cuales 1.931 han elegido cobrar un cheque en el momento de su retiro.

De esta forma, se ha conseguido elevar por primera vez en la historia el porcentaje de jubilaciones demoradas hasta el 5,4% del total, siete décimas más que la media de los años previos, que se sitúa en el 4,7%. Concretamente, fueron 17.651, de los cuales una cuarta parte cobraron un plus por ello mientras los tres tercios restantes lo hicieron para poder recibir más pensión.

«No son grandes cifras, pero estamos mejorando», reconoció el ministro, quien resaltó que estos primeros datos de jubilación demorada «ponen de manifiesto que los incentivos funcionan, que los cambios eran necesarios y que con estos incentivos puede ser más fácil propiciar este cambio cultural dentro de las empresas para que se trabaje más tiempo y se puedan desplegar estos efectos».

La gran novedad que trae el nuevo esquema de incentivos es que ofrece la posibilidad a los nuevos jubilados de cobrar un cheque de hasta 12.060 euros en el momento del retiro por cada año de retraso, una cantidad que varía en función de los años que se haya cotizado. Al mismo tiempo mejora el complemento que ya existía y lo eleva a un porcentaje adicional del 4% sobre su pensión por cada año que lo alarguen. E incluso les da la opción de combinar ambas fórmulas.

La próxima reforma que llevará a cabo Escrivá será una mejora de la jubilación activa y parcial para seguir retrasando la edad efectiva de retiro. El ministró no dio detalles pero ensalzó el proyecto piloto que se ha puesto en marcha este año y que permite a médicos de familia y pediatras cobrar el 75% de la pensión y trabajar el 100% de la jornada o el 50%. Ya son 112 sanitarios los que se han acogido a esta jubilación activa en apenas unas pocas semanas, según avanzó.