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Puig tendrá que esperar para dar el salto al Ibex-35... aunque quizá menos tiempo de lo esperado. El Comité Asesor Técnico -que decide quién entra y quién sale de cada índice- acordó este miércoles mantener sin cambios el selectivo, frente a los analistas que ... apuntaban a la posible llegada del gigante de la cosmética que comenzó a cotizar en el parqué nacional el pasado 3 de mayo.
No obstante, el Comité ha abierto la puerta a la posible incorporación de Puig antes de lo previsto, al convocar una reunión extraordinaria para el próximo 9 de julio, antes de la que se celebraría de forma habitual en septiembre, al ser estos encuentros trimestrales.
Para entonces, Puig ya llevaría cotizando en el parqué dos meses, cumpliendo la excepción que permite a las nuevas empresas cotizadas incorporarse al indicador. En concreto, la normativa exige que las empresas lleven cotizando al menos seis meses para entrar en el Ibex. Pero para los debutantes solo se exige «un número de sesiones de contratación de al menos una tercera parte del periodo de control -dos meses- salvo que su free float (capitalización flotante) se sitúe entre los veinte primeros del Ibex-35».
De momento, los números avalarían la incorporación. Tras subir un 9,3% en Bolsa desde su estreno, la firma ya ha superado una capitalización de 15.990 millones de euros, a punto de alcanzar a Repsol (con un valor de mercaod de 17.500 millones) y por encima de otras grandes firmas como ACS, Banco Sabadell o IAG.
La única pega para su entrada era precisamente que su incorporación se veía demasiado prematura. Pero el mercado descuenta que su sitio está en la familia del Ibex-35, previsiblemente para sustituir a Meliá o Solaria.
La cadena hotelera cuenta con un valor de mercado de apenas 1.700 millones de euros y unos volumenes de negociación en descenso. Solo supera a Solaria (1.452 millones), que también se ha colocado en la rampa de salida del selectivo tras hundirse un 37% en lo que va de año, coincidiendo con unos meses de muchas dudas en los que la firma se podría haber visto lastrada por el temor al estallido de una posible burbuja de las pequeñas compañías de autoconsumo como Holaluz. En todo caso, su volumen de negociación es mayor que el de la cadena hotelera. Y este es uno de los criterios que más pesa sobre las decisiones del Comité.
«Meliá sigue incumpliendo el requisito de capitalización, pero el Comité prioriza los volúmenes», insisten los analistas de Bankinter, que no esperaban cambios en esta reunión.
El Comité emplea varios criterios a la hora de tomar sus decisiones. En primer lugar, computa el volumen de contratación en euros en el mercado de órdenes durante el periodo de control, los seis meses previos a la reunión. Además, considera diferentes factores para garantizar la calidad de dicho volumen, como el número de operaciones contratadas o posibles cambios en el accionariado.
En segundo lugar, sólo pueden formar parte del Ibex-35 aquellos valores cuya capitalización media sea superior al 0,30% de la capitalización media del selectivo durante el periodo de control.
En todo caso, las normas técnicas consideran el capital flotante de los diferentes valores y, para ello, establecen diferentes coeficientes a aplicar sobre la capitalización de los mismos de tal forma que se penaliza a aquéllos cuyo capital flotante es menor.
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