El petróleo repunta a 90 dólares y pone en duda las bajadas de tipos

La escalada del crudo, mucho más sibilina que en otras ocasiones, está comenzando a encender las alarmas en los mercados financieros ante la posibilidad de que los bancos centrales no comiencen a bajar los tipos en verano, como habían previsto. Si el petróleo mantiene la actual presión, tanto la Reserva Federal norteamericana (FED) como el Banco Central Europeo (BCE) lo tendrán más difícil para aprobar el primer recorte de intereses desde que comenzó la crisis de la inflación en 2022.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya apuntó en la reunión del BCE de marzo que querían tener todos los datos de inflación bien amarrados para acometer una reducción de tipos, desde el 4,5% actual. La primera decisión podría tomarse en junio, con los datos de inflación de abril y mayo ya sobre la mesa del consejo del banco en Fráncfort. Pero si el petróleo, y por tanto los combustibles y el resto de productos derivados, siguen escalando de precio, la inflación se alejará del objetivo del 2% marcado por el BCE.

Este nuevo repunte del oro negro se explica por el agravamiento de las distintas tensiones geopolíticas que siguen presionando precisamente a los países productores o socios estratégicos. Es el caso de Rusia, donde Ucrania ha conseguido derribar varias instalaciones petrolíferas clave. También por la extensión del conflicto en Israel y Gaza a toda la región, tras los últimos ataques a Siria y la preocupación mostrada por Irán, uno de los grandes productores del mundo. A ello se une EE UU, cuya economía no para de mejorar con un elevado consumo de productos petrolíferos.

En este contexto, Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión y trading eToro, recuerda que «la OPEP+ mantiene sus grandes recortes de la oferta incluso cuando la demanda repunta, y las tensiones geopolíticas y la demanda de cobertura de la inflación de los inversores se suman a la mezcla». No obstante, apunta que «a diferencia de otras materias primas, los precios del petróleo pueden acabar autoajustándose a medida que la unidad de la OPEP+ se resquebraja y se relajan los recortes de la oferta, mientras que los valores petroleros pueden necesitar un giro más amplio en sus perspectivas de beneficios».

Desde JP Morgan apuntan que «la decisión de Rusia de intensificar su recorte de la producción podría llevar el precio del Brent a mediados de 90 dólares en mayo y a cerca de 100 dólares en septiembre». Mientras, desde Bank of America advierten de que factores como bajas existencias de crudo, recortes de producción, tensiones geopolíticas y sólido crecimiento económico pueden empujar el precio del barril a los 95 dólares este verano.

El gran efecto de la subida del petróleo se deja notar en los combustibles. El precio medio de la gasolina ha escalado hasta un nuevo máximo anual después de encarecerse por undécima vez consecutiva durante la última semana, mientras que el diésel ha proseguido la tendencia de subidas que inicio la pasada semana.

En concreto, el precio medio del litro de gasolina se sitúa ya en los 1,645 euros de media, su nivel más alto desde principios de noviembre, tras subir un 0,61% con respecto a hace una semana, según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea.

Mientras, el precio medio del litro de diésel es de 1,541 euros, tras encarecerse un 0,064% después de dos subidas consecutivas que cortó con una racha de tres semanas a la baja.

El precio medio de ambos carburantes inició 2024 registrando sus primeras subidas en tres meses, después de acumular un descenso tras otro desde finales de septiembre que le llevó a despedir el año pasado instalado en niveles mínimos del ejercicio tras sumar un abaratamiento de casi el 15% en el caso de la gasolina, y de más del 13% para el diésel.