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Los inversores afrontan el otoño replegados en posiciones conservadoras

Los inversores afrontan el otoño replegados en posiciones conservadoras

El crecimiento del patrimonio de los fondos de inversión obedece al buen comportamiento de los activos, pero no entra dinero nuevo

Domingo, 20 de septiembre 2020, 00:17

En el verano que toca a su fin los inversores merecían tomarse unas vacaciones. Sobre todo tras los sobresaltos que dieron los mercados en primavera como consecuencia de la pandemia y su incidencia en la economía. José Luis Manrique, director de estudios del Observatorio Inverco, explica que los ahorradores, en concreto durante el mes de agosto, han preferido mantenerse a la espera y a la expectativa, en unas semanas sin muchas citas económicas o políticas y de transición hacia un otoño en el que la recuperación se someterá a serias pruebas de resistencia tanto por los rebrotes de covid-19 como por acontecimientos como las elecciones presidenciales americanas.

Manrique, por tanto, califica al de agosto de «mes plano». Si bien el patrimonio de los fondos de inversión se incrementó en 2.850 millones de euros el mes pasado, el grueso de ese ascenso hay que atribuirlo al buen comportamiento de los activos, sobre todo las acciones, que subieron de precio. Mientras tanto, los flujos netos (la entrada de dinero nuevo de los inversores)fueron prácticamente neutros –si acaso, como confiesan desde Inverco, estos productos registraron en agosto «ligeros reembolsos», es decir, pequeñas retiradas de dinero, que la firma VDOS cifra en 90 millones de euros–. Durante los dos meses del verano, julio y agosto, las suscripciones netas sumaron apenas 646 millones de euros.

Cautela... con matices

Si ceñimos el análisis al mes de agosto, el comportamiento de las suscripciones netas y del patrimonio no permite medir con total precisión cuál es el cariz de las inversiones de los ahorradores. Es cierto que de su repliegue se deduce cautela. Yparece que el lugar en el que deciden poner su dinero ratifica esa sensación. Pero, todo ello, con matices.

Porque, si bien los partícipes en agosto ajustaron sus carteras a posiciones cautas, con suscripciones netas en categorías con perfil moderado o conservador, los fondos de renta variable internacional también registraron ligeras entradas netas positivas, comentan desde Inverco.

En concreto, precisa José Luis Manrique, los fondos con más suscripciones fueron los especializados en renta fija a largo plazo, los monetarios y los productos con rentabilidad objetivo. Todas, vocaciones conservadoras. Aunque Bank of America, en lo que se refiere a la renta fija, advierte de que los flujos empiezan a premiar a los activos que dan intereses positivos, como la deuda de alto rendimiento, sobre la de gobiernos o la de grado de inversión.

A ello, Manrique añade que la apuesta por la deuda, «no ha sido óbice para que los fondos de renta variable internacional también hayan registrado flujos positivos». A ello ha contribuido la buena marcha de las Bolsas mundiales, muy en particular de la estadounidense, que en agosto rebasaba los niveles pre-pandemia. Ese tirón de Wall Street, que parecía inasequible al desaliento, actuó de imán –débil– para un dinero –limitado– con más apetito por el riesgo.

Pero en las primeras jornadas de septiembre la volatilidad regresó a Nueva York. Los índices de EE UU, tras marcar nuevos récords por encima de los que se habían tocado en febrero, parecieron sucumbir al mal de altura o a las dudas sobre la sostenibilidad de unas valoraciones que podrían haber ido demasiado lejos, especialmente en el tecnológico Nasdaq. El caso es que encadenaron varios días seguidos de severas caídas que se interpretaron como un toque de atención.

Perspectivas de futuro

Este factor, esta inquietud, junto a la intensa recuperación registrada también en las acciones europeas –aunque el Ibex-35 se haya quedado atrás– desde los mínimos del coronavirus, así como la cita electoral americana, hacen pensar a Fernando Luque, de Morningstar, que los inversores seguirán apostando por estrategias conservadoras en lo sucesivo. De este modo, anticipa que van a proseguir elevando posiciones en renta fija, al tiempo que continuarán saliendo de los fondos de Bolsa y de los productos mixtos (aquellos que mezclan en diferente proporción acciones y bonos).

Aunque ésta, según Luque, no tiene por qué ser la mejor estrategia. De hecho, no haber apostado por la renta variable en los últimos meses ha sido un error, a la vista del rebote. Mientras que haber comprado renta fija, si bien no se ha castigado, tampoco ha tenido premio, dadas las bajísimas, por no decir nulas, rentabilidades que proporcionan muchos bonos.

Manrique, ante la preferencia que muestran los inversores por la deuda, afirma que ésta, debido a la aún masiva intervención de los bancos centrales, no debería proporcionar sobresaltos de ahora en adelante. Y, con respecto a la Bolsa, considera que la española, si bien se enfrenta a muchas incertidumbres, debería tener potencial y cerrar parte del diferencial que la separa de otros mercados: si en doce meses los fondos de bolsa americana ganan casi un 15%, los especializados en la española caen un 20%. Ello, cuando la rentabilidad media del conjunto de fondos en el periodo está en el entorno del 0%. En 2020 su descenso es de un 2,71%, con una pérdida de patrimonio que aún roza los 11.300 millones. La covid-19 todavía se deja sentir.

Los planes de pensiones recuperan el patrimonio perdido durante la pandemia

Los planes de pensiones individuales han superado el quebranto financiero que sufrieron con la pandemia y han recuperado los niveles previos al estallido de la covid-19: su patrimonio recuperó en agosto los niveles de febrero, según Inverco.

La asociación de instituciones de inversión colectiva y fondos de pensiones atribuye esta recuperación al buen comportamiento de los mercados en los últimos meses desde que entre marzo y abril se marcaran mínimos. Pero también «a la confianza depositada por los partícipes en este producto de ahorro a largo plazo».

Así, en agosto los planes de pensiones incrementaron su patrimonio en 771 millones de euros, hasta hacer un total de 77.601 millones. Con ello, en los cinco últimos meses, desde el pasado abril, el ahorro depositado en planes de pensiones se ha recuperado en 5.250 millones de euros.

Pero las aportaciones netas registradas en el último mes fueron de 32 millones, cifra que se deriva de restar los 143 millones en prestaciones que acometieron a los 175 millones en que se cifraron las aportaciones.

La rentabilidad de los fondos de pensiones continúa en negativo en el más corto plazo: en el último año, pierden un 0,9%. Sólo los productos especializados en renta variable están en positivo en el periodo, con un rendimiento del 2,4%. Los productos que más pierden son los de renta fija mixta y los garantizados (-1,7%), seguidos de los que invierten en renta variable mixta (-1,2%).

A mayor plazo, las rentabilidades –netas de gastos– de los planes de pensiones son discretas: en los últimos tres años, rentan una media anual del 0,6%, con los productos especializados en renta fija a corto plazo y los de renta fija mixta proporcionando retornos negativos, frente a la fuerte aportación positiva de los de renta variable (3,4%, de media al año en el periodo).

A diez años el rendimiento de estos productos sube hasta el 2,6% (gracias a la Bolsa, que empuja al alza esa rentabilidad, con su retorno del 6,6%). A mayor plazo, a 25 o 26 años, su rentabilidad ronda el 3% anual.

En ocasiones se ha reprochado a los planes de pensiones su baja rentabilidad, incluso por parte del ministro de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, que también planea la posibilidad de eliminar las deducciones fiscales de las que disfrutan sus partícipes por sus aportaciones.

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