El Ibex-35 baja un 1,33% en la sesión pero sube casi un 3% en la semana

Sólo dos valores del selectivo esquivaron los descensos: Bankinter y MásMóvil, que apenas fueron capaces de cerrar planos. Entre los mejores, pero ya a la baja, Merlin Properties, Ence, CaixaBank y el Sabadell, que fueron los únicos que cayeron menos de medio punto porcentual.

En negativo, las peores fueron las compañías ligadas al sector turístico. Así, IAG retrocedió un 4,52%. A continuación se colocó Amadeus, que cedió un 3,42%. Meliá también se dejó más de un 3%.

A continuación, Grifols y Endesa, que bajaron más de dos puntos porcentuales. Con descensos de cerca de un 2%, Acciona y Naturgy.

Los que salvaron al índice de no perder más fueron los bancos. Durante un periodo de la jornada sufrieron fuertes recortes. Pero conforme transcurrió el día lograron atajar esos severos números rojos. Al cierre, BBVA era el peor del sector financiero, con un retroceso del 1,29%. Santander, mientras, cedía un 1,05% al término de la jornada.

Entre los grandes, las caídas más abultadas correspondieron a Inditex, que se dejó un 1,74%.

En el resto del Viejo Continente, también pérdidas en la última sesión. Los peores fueron el Ftse 100 británico y el Cac 40 francés, que se dejaron alrededor de un 1,5%. El Ftse Mib de Milán perdió un 1,10%, mientras que el Dax alemán se dejó un 0,7%.

De fondo, la evolución de la pandemia, que parece estar empeorando en toda Europa. Así lo ha expresado Francia, mientras que España ha tomado nuevas medidas para reducir la propagación del virus sobre todo en el ocio nocturno, las terrazas y con el tabaco, de forma similar a Grecia. Además, el Reino Unido ha decidido que los viajeros que regresen de Francia o de Holanda tendrán que enfrentarse a una cuarentena de catorce días.

«La segunda ola ya está aquí», afirmó Art Baluszynksi, de Henderson Rowe, en declaraciones a Financial Times. «Definitivamente, existe el riesgo de que Europa vaya a otro confinamiento, o al menos se tomen algunas medidas que podrían inhibir la recuperación de la economía», añadió.

En Wall Street, al cierre de la sesión europea, debilidad, aunque los números rojos eran mucho más modestos que los que se registraban a este lado del Atlántico. Así, el Dow Jones y el S&P 500 se encontraban prácticamente planos, mientras que el Nasdaq se dejaba alrededor de un 0,35%. En la sesión anterior la Bolsa de Nueva York ya había dado muestras de vulnerabilidad.

Si el jueves un buen dato de paro semanal no fue capaz de insuflar ánimos compradores debido al desacuerdo entre republicanos y demócratas para activar un nuevo plan de estímulo fiscal, el viernes lo que bajó los ánimos fue el dato de ventas minoristas, que fue decepcionante. El valor de éstas creció un 1,2% en julio con respecto al mes anterior, cuando los analistas habían previsto un aumento del 1,8%. Sea como sea, el dato supone una fuerte desaceleración respecto al crecimiento del 8,4% registrado en junio. «La situación de los consumidores y la habilidad y el interés en gastar van a ser claves para la recuperación económica», afirmó en declaraciones a Reuters Mark Luschini, de Janney Montgomery Scott.

Además, los inversores muestran una cierta incertidumbre respecto a las conversaciones que mantendrán este fin de semana Estados Unidos y China sobre los progresos realizados alrededor del acuerdo comercial que alcanzaron el año pasado.

En el mercado de materias primas, el crudo frustró el rebote con que comenzaba por la mañana después de las caídas registradas en la jornada del jueves a cuenta de la rebaja de las expectativas de demanda de petróleo a cargo de la Agencia Internacional de la Energía. Así el barril de Brent, de referencia en Europa, caía un 0,38%, hasta los 44,79 dólares, mientras que el barril de West Texas, de referencia en Estados Unidos, bajaba un 0,25%, hasta los 42,13 dólares.

El precio del oro también se movía a la baja al cierre de la sesión europea: registraba un descenso del 0,90%, hasta situarse por debajo de los 1.940 dólares la onza.

En el mercado de deuda, la prima de riesgo de España se estrechó ligeramente, alrededor de un 0,75%, hasta situarse por debajo del nivel de los 78 puntos básicos. La rentabilidad del bono español a diez años se mantuvo estable en el entorno del 0,36%. El rendimiento del título alemán a diez años, por su parte, rondaba al cierre el entorno del -0,42%.