Punto y final. La Bolsa española despide la última sesión del año con una subida del 0,46% que deja al indicador en los 8.713 puntos. Un nivel que no se veía desde finales de noviembre pero que se antoja insuficiente para un indicador ... que venía de perder un 15% en 2020.
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No ha sido un ejercicio fácil para los inversores. El año ha estado marcado por el impacto de las restricciones sobre la recuperación, la crisis de suministros global y el fuerte repunte de la inflación, que ha obligado a los principales bancos centrales del mundo a mover ficha anticipando las primeras subidas de tipos de interés al mercado.
Un panorama en el que el parqué nacional ha jugado en clara desventaja frente a sus homólogos europeos, por el mayor peso que determinados sectores más afectados por la pandemia, como el turismo, tienen en el selectivo.
En conjunto, el indicador despide el año con una subida del 7,9%, muy lejos de las grandes alegrías que las bolsas han dado en otras regiones. Por ejemplo, el Dow Jones y el S&P 500 registraron ayer nuevos máximos históricos, acumulando unas ganancias del 20% y del 28% respectivamente. En el caso de este último indicador, y a falta del cierre del jueves, ha registrado 70 máximos a lo largo de 2021.
En Europa, la medalla de oro es pra la Bolsa francesa, que también sube cerca de un 30%, mientras que Italia o Portugal avanzan más de un 23%, porcentaje similar al acumulado por el Eurostoxx 50, el indicador que agrupa a los mayores valores de la región.
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De los nueve valores que han terminado el año en negativo, dos son del sector turístico (AENA e IAG). Sin embargo, ha sido Siemens Gamesa el peor del año con una caída del 36%.
En la parte alta de la tabla anual destaca la recuperación de los bancos con el espectacular rebote del 67% de Banco Sabadell liderando al sector. Pero el mejor del 2021 ha sido Rovi. El novato -entró en el Ibex en sustitución de Viscofan en diciembre- acumula una subida del 95%.
En el mercado de materias primas, el precio del barril de Brent, de referencia en Europa, se mantiene estable rondando los 80 dólares, mientras que el West texas estadounidense sigue en los 76,5 dólares.
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Hay que tener en cuenta que la recuperación de grandes economías este año ha disparado la demanda frente a una contención notable de la oferta de materias primas, afectadas también por los problemas en la cadena de suministro global. Así que, desde que comenzó el año, los precios del crudo se han disparado cerca de un 60% desde los 48 dólares que rondaban hace doce meses.
El movimiento se produce, además, contra la fuerte revalorización que el dólar ha experimentado frente al resto de divisas este año. Sin ir más lejos, el euro ha caído más de un 7% frente al billete verde en el conjunto del ejercicio, situando su cruce en 1,13 dólares.
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