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La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) vuelve a poner el foco sobre 'influencers', 'youtubers' o famosos que aprovechan su masa de seguidores en las redes sociales para hacer recomendaciones de inversión sin contar con los conocimientos financieros necesarios. El supervisor ya ha abierto ... un primer expediente sancionador contra la publicidad de criptoactivos. Y recientemente anunció que investiga a X (la antigua Twitter) por permitir publicidad de un chiringuito que utilizaba de forma ilícita imágenes de actores como Antonio Resines o Martiño Rivas para obtener datos y dinero de los inversores.
Más allá de esa investigación –y pese a los esfuerzos del organismo por tener mayor capacidad sancionadora–, lo cierto es que su actividad en este segmento sigue estando muy limitada a toques de atención como el que este jueves volvió a lanzar Rodrigo Buenaventura. El presidente de la CNMV recordó que «hay algo que muchos 'influencers' no han comprendido: cualquier persona que emita una recomendación de inversión debe cumplir con unas obligaciones mínimas».
La normativa establece, entre otras cosas, que esas personas deben identificarse ante su público, presentar la información de manera objetiva y revelar el posible interés o conflicto de interés que pueda existir de forma clara. «Esto incluye desvelar si le pagan por decir lo que dice, por ejemplo», indican desde la CNMV.
Buenaventura recordó que los analistas profesionales y los denominados «expertos» (aquellos que emiten recomendaciones frecuentemente y se presentan o se perciben como personas con conocimiento y experiencia) «están sujetos a un régimen más oneroso que el anterior». Y el objetivo de la CNMV es reducir la brecha regulatoria entre los analistas profesionales y esos expertos, de manera que los inversores estén igualmente protegidos con independencia del canal a través del cual reciben las recomendaciones.
Pero el contenido de las redes sociales puede ser muy escurridizo. Ya en 2022, la CNMV advertía que muchos expertos podrían estar aconsejando inversiones sin cumplir con los requisitos establecidos por la UE. «Les aseguro que vamos a ejercitar escrupulosamente todas nuestras capacidades, poderes de supervisión y de sanción en estos casos», indicaba por entonces el supervisor. De momento, los registros oficiales evidencian que esas sanciones han sido muy escasas.
El problema no es solo que se pueda cometer un fraude a través de la publicidad en redes sociales, que es lo que actualmente está más cerca de poder controlar la CNMV. Hay otras consecuencias que ya han creado incluso auténticas tormentas financieras, como la protagonizada por GameStop en Wall Street en 2021, cuando una avalancha de usuarios del foro Reddit se agrupó para comprar a bajo precio sus acciones, provocando con su sorprendente operación pérdidas multimillonarias a grandes fondos de inversión. Por otro lado, otra plataforma (Robinhood) creada supuestamente para democratizar la inversión, decidió limitar las compras a otros minoristas. Es decir, hicieron trampas.
Las estadísticas también evidencian que las modas pueden salir muy caras a los inversores, que según distintos estudios de firmas especializadas, suelen errar bastante a la hora de entrar y salir de un activo, limitando mucho sus posibles ganancias o incluso entrando en pérdidas. Un reciente informe de Morningstar -la mayor firma de servicios de investigación financiera- refleja cómo «los hábitos de compra y venta de los inversores en los últimos cinco años han destruido un valor considerable».
El documento se refiere en concreto a los denominados fondos de inversión temáticos, que gestionan el dinero en base a grandes tendencias, como la sostenibilidad, la inteligencia artificial, la demografía, etc. No se trata de que sean productos malos o buenos, sino del mal 'timing' de los inversores a la hora de comprar y vender. «Los inversores a menudo siguen al rebaño, acumulando activos en fondos que han obtenido buenos resultados recientemente, perdiéndose a menudo las mejores rentabilidades, para acabar decepcionados y vendiendo con pérdidas», indican desde Morningstar.
Según el estudio -que analiza la rentabilidad de un periodo de cinco años-los inversores podrían haber obtenido una rentabilidad del 7,3% invirtiendo en estos fondos. Pero «debido a las compras y ventas realizadas a destiempo», realmente solo han conseguido un 2,4%.
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