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salvador arroyo
Bruselas
Viernes, 20 de noviembre 2020, 16:46
«La tarea no es prever el futuro, sino habilitarlo». Con esta cita del francés Antoine de Saint-Exupéry, autor de 'El Principito', Christine Lagarde apuntaló este viernes la estrategia que a su juicio debe seguir Europa para sobreponerse al noqueo de la pandemia. Con ... la digitalización como punto de partida, apostó por un tejido empresarial dinámico e innovador con plenos apoyos en el que será «imprescindible» completar la unión de los mercados de capitales para la expansión de nuevas empresas. También emplazó a invertir más en educación y en capacitación laboral para garantizar que toda la estructura se retroalimente.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) lanzaba esa planificación en el discurso que abrió la edición número treinta del Congreso de Banca Europea celebrado en Frankfurt. Una visión de largo alcance poco habitual en quien está al frente de uno de los reguladores económicos clave, al que se exigen más respuestas de urgencia, en corto, para capear las crisis. Lagarde arrancó con un 'antes y un ahora' para situar el proceso de transformación radical al que se enfrenta Europa. Y lo hizo citando a España y Francia «donde hace un siglo la agricultura representaba un 60% y más del 40% (respectivamente) y el año pasado fue inferior al 4% en ambos países».
Toca afrontar otro cambio de gran calibre, vino a decir. Y ahí apostó por recuperar el terreno perdido en un proceso de digitalización que el coronavirus ha acelerado, que genera ansiedad y que destruirá muchos puestos de trabajo. Hasta 85 millones en 26 países para 2025, según un informe al que hizo referencia. «Pero también creará 97 millones nuevos empleos». Así que «una ganancia neta de 12 millones», puntualizó. El reto es encontrar nuevos métodos de producción para expandir el tejido laboral y al mismo tiempo «asegurarnos de que cada trabajador tenga las habilidades necesarias».
En lo primero, sirviéndose de ejemplos de éxito como 'Silicon Valley' y apoyándose en el «gran potencial» de Europa (con empresas innovadoras que han desarrollado varias de las vacunas que se comercializarán en los próximos meses), la francesa abogó por facilitar y agilizar todos los procesos para empresas con nuevas ideas. Flexibilidad administrativa y respaldo inversor a todos los niveles, incluida la financiación mediante acciones. «La inversión en capital riesgo en 2019 alcanzó el 0,63% del PIB en Estados Unidos frente al 0,05% en la UE», recordó.
Todo ello ligado a un mayor compromiso desde el sector público. «Los gobiernos pueden ayudar a que las ideas científicas se conviertan en realidad comercial al vincular la investigación y la enseñanza más estrechamente». Y con un efecto catalizador porque «un incremento del 10% en la financiación de un gobierno en I+D, aumenta del 5% al 6% la llegada de fondos privados».
El papel de 'lo público' será también trascendental también para que los nuevos empleos tengan suficientes candidatos con cualificación adecuada. La covid-19 redujo las posibilidades de empleo en un 7% entre trabajadores con «habilidades bajas y un 5,5% entre los de preparación media, pero creció un 3,3% entre aquellos con mejores cualificaciones». Así que teniendo en cuenta ese impacto y adelantándose a los posibles efectos que las nuevas generaciones acusarán por el parón durante meses de escuelas y universidades, Lagarde consideró «vital» para Europa «invertir en la estructura educativa». «Tenemos que asegurarnos de que podremos adaptarnos a los nuevos choques impredecibles a los que nos enfrentaremos». Esta crisis no será la última.
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