El intenso gasto público fue lo que sostuvo una economía que se ralentizó en la segunda mitad de 2023

En primer lugar por la buena marcha del mercado laboral, con 783.000 ocupados más a cierre de 2023, lo que estimuló el consumo privado. Además, el sector exterior resistió bien en el primer semestre. Pero, sobre todo se debió al impulso del gasto público, que aportó 0,8 puntos porcentuales al crecimiento del PIB el año pasado. Es decir, si se excluyen los sectores de actividad ligados al sector público, se observa que el enfriamiento de la actividad fue bastante más intenso, pasando de crecer a un ritmo interanual del 4,2% a cierre de 2022 a hacerlo al 1,7% en el cierre de 2023.

De esta forma, este nuevo indicador creado por el gabinete de estudios de la entidad captura una ralentización del crecimiento de todos los sectores de actividad analizados. La buena noticia es que esta misma herramienta revela que dicha ralentización tocó fondo en el tercer trimestre de 2023 y la actividad cerró el año y ha comenzado 2024 ganando «cierto vigor», aunque reconocen que es una información «aún muy parcial».

Desde el gabinete de estudios calculan que la economía este año crezca alrededor del 2% y se confirmen las previsiones del Gobierno. Tanto en esta proyección como en el resto del informe han incluido el impacto de los fondos europeos, que están provocando inversiones muy fuertes tanto en el sector de la automoción (con el Perte VEC) como en la construcción por la rehabilitación de viviendas.

La caída de las exportaciones fue una de los mayores lastres para el crecimiento económico desde el segundo trimestre de 2023. La ralentización de las economías europeas que más tiran de las compras de bienes, sobre todo Alemania, provocó que los sectores más dependientes de las exportaciones a Europa, quedaran rezagados. El indicador muestra que más del 70% de los sectores económicos reportaron un deterioro de los flujos comerciales y las exportaciones de bienes restaron 0,5 puntos al crecimiento anual del PIB después de dos años de aportaciones positivas. Los sectores más afectados fueron el agroalimentario y el textil, indica el informe.

En cambio, los ingresos por exportaciones de servicios fueron los que tiraron de esta pata de la economía «gracias al atractivo internacional del mercado residencial y del sector turístico español», apuntan desde Caixabank Research. Así, se consolidaron los «excelentes registros» de 2022, destacando el incremento del gasto de los turistas internacionales como las exportaciones de servicios no turísticos, aportando 0,3 puntos al crecimiento del PIB en ambos casos. En resumen, las exportaciones crecieron un 2,4% en 2023, impulsadas por los servicios (12,3%) y lastradas por las de bienes (-1,7%).