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Las crisis de 2008 y 2012 y más recientemente la guerra iniciada por Rusia en Ucrania han puesto en duda el modelo económico europeo. ¿Cómo puede el bloque sobrevivir en un ambiente de mayor inestabilidad política y competir contra gigantes como China y Estados Unidos? ... Para dar respuesta a estas preguntas, la Comisión Europea encargó hace un año al ex primer ministro italiano Mario Draghi un informe sobre competitividad que alerta de que «la UE se enfrenta a un desafío existencial». La respuesta a ese nuevo paradigma es un documento «urgente y concreto» que apunta a la necesidad de mejorar la productividad, impulsar la digitalización y la descarbonización de la industria y aumentar el gasto en Defensa. Así, propone emitir deuda común para financiar ciertos proyectos de innovación, que podrían convertirse en la hoja de ruta de la Comisión Europea durante la próxima legislatura. Y Draghi advierte de que si el documento no se aplica «nos volveremos más y más pequeños».
El expresidente del Banco Central Europeo (BCE), que ha presentado el documento junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, asegura que en su informe que «queremos preservar nuestro modelo social, eso es lo más importante». El estudio aconseja crear instrumentos de deuda común, que servirían para financiar proyectos que aumentarían la competitividad del bloque. Esta idea, sin embargo, podría chocar con la negativa de algunos Estados miembros. «Tendremos que evaluar las intenciones políticas de los países europeos para llevar a cabo estos proyectos», ha reconocido Von der Leyen.
El informe -que consta de 170 propuestas- señala que para digitalizar y descarbonizar la industria y aumentar la capacidad de Defensa europea, el bloque deberá aumentar sus inversiones conjuntas en cinco puntos porcentuales del Producto Interior Bruto (PIB) europeo. Además, si Europa no es capaz de mejorar sus índices de productividad, «no seremos capaces de financiar nuestro modelo social. Este es un desafío existencial», destaca Draghi, una cuestión que se enmarca dentro del envejecimiento de la población europea: «No recibimos suficientes inmigrantes. A este paso, en quince años perderemos dos millones de trabajadores al año», advierte.
Para ser competitiva, Europa debe cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China para lo que hará falta una inyección anual de unos 800.000 millones de euros. En esta batalla, los Veintisiete no pueden ir por libre, sino que se deben «enfocar profundamente con esfuerzos colectivos» para alcanzar a la industria china y estadounidense, sobre todo en el área de tecnología avanzada. «Europa está atascada en una estructura industrial estática con tan solo unas compañías disruptivas en nuevas tecnologías», apunta el informe.
El documento también apuesta por crear un plan conjunto para la descarbonización y la competitividad; y destaca, igualmente, que la transición verde será «una oportunidad para Europa». Sin embargo, si el bloque falla a la hora de coordinar sus políticas «hay un riesgo de que la descarbonización influya de forma negativa en la competitividad y el crecimiento económico». A pesar de que los precios de la energía están lejos del pico que marcaron en los años 2021 y 2022, sigue siendo dos o tres veces más cara que en Estados Unidos, lo que lastra a la economía europea. En el caso del gas natural, su coste es cuatro o cinco veces mayor.
Otra área en la que Europa debe enfocarse es el aumento de la seguridad y la reducción de dependencias, un camino que ya empezó a andar tras la invasión rusa en Ucrania en febrero de 2022. «El aumento de los riesgos geopolíticos pueden aumentar la incertidumbre y reducir las inversiones, así como crear disrupciones en el comercio», señala Draghi, un diagnóstico que ya ha dado en numerosas ocasiones la actual presidenta del BCE, la francesa Christine Lagarde.
En este contexto, Europa está particularmente expuesta. Confiamos en una serie de suministradores de materias primas críticas, especialmente en China, y también de tecnología digital como los chips. La Unión Europea (UE) debe coordinar acuerdos de comercio preferenciales y crear acuerdos industriales para asegurar el suministro de tecnologías clave«, subraya el informe Draghi.
Para poder competir contra EE UU y China, la UE también deberá reforzar su Mercado Único, «que ha permanecido fragmentado durante décadas, lo que ha tenido un efecto cascada en nuestra competitividad». En ese sentido, también se ha mostrado contrario a continuar con las ayudas de Estado ya que «fragmentan aún más el Mercado Único» y defiende limitarlas únicamente para «proyectos de interés común».
Draghi incide en que el bloque «está desperdiciando sus recursos» al no unir fuerzas para integrar la industria de Defensa europea. Por último, destaca la necesidad de crear un plan industrial europeo para coordinar a los Estados miembros en materia de política fiscal, comercio y penalizar conductas contrarias a la Competencia. Hoy en día, «las decisiones se toman una a una, con diversos vetos y el proceso legislativo tiene una duración media de año y medio».
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