La inflación de la eurozona baja al 4,3% y España sale de los mejores puestos

En cambio, los alimentos se encarecieron un 9,1%, una subida menor que la de meses anteriores pero aún muy importante. En esta métrica España se sitúa en las primeras posiciones, con una inflación de los alimentos del 10,5% en septiembre, a solo un punto de Bulgaria que con un 11,8% es el país de la eurozona con este índice más elevado.

Esta situación comienza a esta enquistada en la economía de todos los países europeos y los consumidores empiezan a no poder tirar de ahorros para mantener el mismo poder adquisitivo que antes de la escalada de precios. En concreto en España tres de cada cuatro consumidores asegura que su economía se ha visto muy impactada por la alta inflación y descarta compras importantes en los próximos meses. Así lo revela el Observatorio de Cetelem, que registra un 84% en el caso de jóvenes de entre 25 y 29 años, el segmento de edad más afectado por la inflación.

Entre los que descartan próximas compras, el 49% alega no tener presupuesto suficiente para realizarlas y un 48% prefiere destinar el importe previsto para esas compras al ahorro debido a la creciente incertidumbre económica. El estudio indica además que los productos que los españoles están dejando de adquirir son sobre todo viajes, móviles, coches, muebles y moda, por ese orden.

Los españoles están comprando menos en el supermercado, pero gastando más. En concreto, el volumen de ventas de alimentación creció en septiembre un 2,5% mientras que los precios aumentaron un 12,5%, según los datos publicados por NIQ. De esta forma, las familias están sufriendo subidas de precios muy importantes desde hace un año, con los alimentos casi un 10% más caros que hace un año, las bebidas un 7,7% y la perfumería un 6,3%, según el mismo informe.

En la comparación con Estados Unidos sigue perdiendo la eurozona, ya que los norteamericanos registraron una tasa de inflación del 3,7% en septiembre, seis décimas menos que en Europa. El BCE ya sopesa suspender temporalmente las subidas de tipos de interés para evaluar el efecto que está teniendo esta política monetaria en el consumo y la economía de los países del euro. La institución ha subido los tipos del 0% al 4,5% en solo un año con el objetivo de contener la inflación, con un efecto más lento de lo esperado.

La inflación subyacente, que no incluye energía ni productos frescos y sobre la que tiene el ojo puesto el BCE por ser más persistente en el tiempo, marcó un 4,5% en septiembre y sigue por encima de la tasa general a pesar de reducirse casi un punto desde agosto. En España esta tasa sigue muy por encima de la inflación general, al llegar al 5,8% en septiembre.