Tras dos semanas de 'hibernación' forzada para evitar los desplazamientos y una mayor propagación del coronavirus, la vuelta al tajo de las actividades no esenciales está siendo mucho menos abrupta de lo que los epidemiólogos pudieran temer. Las fábricas y las obras retomaron este lunes su actividad –este martes lo harán en las comunidades donde el Lunes de Pascua fue festivo–, pero lo hicieron de forma gradual. Primero, para evitar aglomeraciones y el contacto físico entre sus trabajadores. Pero, sobre todo, porque más allá de esos recintos, prácticamente el resto de la economía sigue paralizada. Y también en otros países donde muchas firmas exportan.
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El reencuentro de este lunes fue mucho más frío de lo habitual. Con la guía de recomendaciones publicada este fin de semana por el Gobierno, los trabajadores deben guardar la distancia de seguridad, usar protección, evitar zonas cerradas...Algunas empresas, como Pamesa (Castellón), están haciendo sus propios test de coronavirus a toda la plantilla. En otras plantas, como en ABB (Córdoba) se están tomando muestras de temperatura a la entrada, además de dispensar mascarillas, guantes y agua. Y se han reforzado los servicios médicos y de enfermería, apuntan varias fuentes empresariales.
Sin embargo, el vicepresidente de la CEOE, Íñigo Fernández de Mesa, alertó este lunes de que la gran mayoría de las empresas, que son pymes, no tienen esos kit de protección, lo que puede dificultar su apertura. Por su parte, los sindicatos UGT y CCOO ya advirtieron el domingo que buena parte de las medidas aconsejadas por Sanidad son «de difícil aplicación en la gran mayoría de centros». Por ello, la Inspección de Trabajo vigilará que se cumplan con las normas aconsejadas.
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Esa incorporación ordenada continuará durante el resto del mes. «No hay problemas de suministro de los proveedores», explica Andrés Barceló, director general de Unesid (la patronal de la siderúrgica). Sin embargo, las grandes fábricas también dependen de que otras empresas reinicien sus trabajos. «Confiamos en que los proveedores de materiales también retornen a la actividad», apunta Barceló. En el caso de la construcción, este problema es menor, aunque el ritmo al que se están incorporando también depende de la llegada de materiales. El presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), Juan Francisco Lazcano, explica que la actividad «se va a poder desarrollar no a los ritmos habituales pero sí con unas producciones que mantengan el empleo» y con las garantías sanitarias pertinentes.
Pero el motivo por el que las actividades no esenciales no volverán a trabajar al mismo ritmo es la nula demanda de productos que hay entre consumidores y empresas, con el resto del país en estado de alarma al menos hasta el día 26. «Eso no es cuestión de darle a un interruptor y ya está», explica Andrés Barceló. «Tenemos la incógnita del comportamiento del mercado», apunta.
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El coronavirus en cifras
Sara I. Belled Ariel ferrandini
Esa es también la principal preocupación de la industria automovilística. Las grandes fábricas fueron las primeras que pararon incluso antes del decreto del estado de alarma, de mediados de marzo. Pero este mismo fin de semana, las organizaciones del sector (Anfac, Faconauto y Sernauto) y los sindicatos hacían público un protocolo de prevención marco para el reinicio de la actividad, similar al que también han corroborado la industria papelera (Aspapel). «Se trata de dar un mensaje de cierta certeza para iniciar la producción», explica José López Tafall, director general de Anfac (la patronal de los fabricantes).
El calendario –«paulatino», aclara López Tafall– pasa por arrancar con «actividades puntuales», como la producción de motores;la incorporación de un primer turno en las plantas a partir del 20 de abril;y después, otros turnos «en función de la demanda europea», ya que el sector exporta la mayor parte de los coches, aunque también del mercado español, donde esperan un plan de choque para impulsarlo y que la automoción «ejerza como tractor del resto de la economía», apunta. Anfac estima que no será hasta después del verano cuando se vea un reinicio más generalizado «aunque no será como el ritmo que teníamos a principios de marzo».
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La reapertura de industrias no ha supuesto un gran cambio en sectores que fabrican material esencial, como las químicas. El director general de Feique, Juan Antonio Labat, reconoce que su vuelta a la normalidad también «dependerá de los sectores demandantes», como el de la automoción, y reconoce que las empresas están buscando «otros territorios más allá de Europa» para poder operar a medio plazo.
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