Imputados los exjefes de seguridad de Repsol y Caixa en el caso Villarejo

Los indicios vienen contenidos en un auto del juez que instruye el 'caso Tándem' en la Audiencia Nacional. Manuel García-Castellón detalla estos hechos en el llamado 'proyecto Wine', por el que tendrán que comparecer como investigados Rafael Araujo y Miguel Ángel Fernández Rancaño, ambos comisarios jubilados, por los delitos de relevación de secretos y cohecho.

Estas pesquisas forman parte de la pieza separada número 21 del 'caso Vilarejo' (Tándem), abierta hace poco más de un año. Además de los jefes de seguridad, el juez encausa a Villarejo, su socio Rafael Redondo y al empleado de Araujo en Repsol, Rafael Girona, por su presunta implicación en este encargo que se presupuestó de forma inicial en 925.000 euros. Del Rivero y los empresarios Rodrigo Álvarez y Fernando Ramírez declararán como testigos en su condición de perjudicados.

En el periodo comprendido entre 2011 y 2012 Repsol habría recurrido a Villarejo, entonces integrado en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía, cuando Sacyr se lanzó para hacerse con el control accionarial de la petrolera. La constructora poseía un 20% de los títulos y llegó a un pacto de sindicación con la mexicana Pemex (tenía alrededor del 10%) para desbancar al presidente Antonio Brufau.

No obstante, el movimiento capitaneado por Del Rivero fue frenado por los propios accionistas de Sacyr. Un rechazo que supuso la salida del empresario murciano de la presidencia en sustitución de Manuel Manrique.

En el lado opuesto, Brufau contó con el respaldo de los sindicatos y de Caixabank (entonces socio mayoritario de Repsol). Los seguimientos de la empresa de Villarejo Cenyt habrían afectado a la mujer de Del Rivero y a los citados empresarios que declararán como testigos.

Los indicios de este encargo fueron hallados en los registros en el domicilio del excomisario preso, en los que se incautaron facturas abonadas por Repsol (218.900 euros) y Caixabank (194.700 euros) a una de las empresas del acusado, Cenyt. También se llevaron una treintena de documentos en soporte digital y papel.

Los investigadores tratan de aclarar si en el 'proyecto Wine' se accedió a bases de datos policiales para nutrir los informes de crisis, a información bancaria de las víctimas, y si utilizaron dos vehículos, cinco motos y equipos ópticos para los seguimientos personales. Es decir, Villarejo desplegó ante sus clientes todo el abanico de recursos que se le presuponía para lograr su objetivo. Y para ello volvió a aprovecharse de su relación con los jefes de seguridad de estas empresas, antiguos compañeros en la Policía.

Del Rivero también fue objetivo de vigilancia en los servicios contratados por el BBVA a Villarejo bajo la presidencia de Francisco González. El empresario está personado como acusación particular en esta pieza separada.