Sobrevivir a un verano trufado de huelgas en aeropuertos y trenes

Ryanair cancelará 600 vuelos diaros los días 25 y 26 de julio en España, Portugal y Bélgica (400 de ellos con origen o destino en nuestro país). Unos paros que, según han calculado, afectarán a unos 100.000 usuarios en toda Europa. La compañía irlandesa ha tomado esta medida drástica para intentar minimizar los efectos de las protestas de sus tripulantes de cabina de pasajeros (TCP), que piden una mejora en sus condiciones laborales.

Los clientes afectados por la huelga podrán reclamar a la aerolínea compensaciones de entre 250 y 400 euros, un transporte alternativo, el reembolso del billete, indemnizaciones por daños materiales y morales, o el derecho a recibir asistencia. Esto incluye las noches de hotel, espéctaculos y otras actividades que se hayan contratado y no disfrutado. Además, la compañía deberá notificarle con una semana de antelación que su vuelo ha sido cancelado.

2.000 trabajadores del servicio de facturación, embarque y desembarque y carga y descarga de equipajes de Iberia en el Aeropuerto de El Prat amenazan con ir a la huelga los fines de semana del 27 al 28 de julio y del 3 al 4 de agosto si la compañía no accede a sus demandas. Una situación que podría repetir el caos en las colas de embarque e incluso provocar la cancelación de vuelos, como sucedió el año pasado durante los paros de EULEN.

El personal de tierra de Iberia y la aerolínea se han citado nuevamente este jueves en una reunión a puerta cerrada en el Aeropuerto de Barcelona, después de que a primera reunión de mediación que se llevó a cabo el miércoles pasado en la Conselleria de Trabajo de la Generalitat finalizara sin acuerdo. Protestan por lo que consideran una «falta de contratación estable» y una «sobrecarga de trabajo». De no entenderse ambas partes, sería el tercer verano consecutivo de paros en El Prat, que parece tener cierto gafe.

La compañía tiene la obligación de avisar con siete días de antelación a la salida del vuelo (en caso de que la huelga sea por «circunstancias extraordinarias») o con 14 días (si la huelga es de algún colectivo de la compañía) de las alternativas que ofrece. Estas son: ofrecer otro vuelo u otro medio de transporte para llegar al destino o cancelar el vuelo, con la consiguiente devolución del dinero. En caso de ofrecer otro vuelo, la aerolínea debe de dar asistencia al pasajero. Es decir, comida, bebida y alojamiento, si fuera necesario.

La situación en AENA es similar, aunque a mayor escala. Todavía hay esperanza de que los sindicatos CC.OO., UGT y USO lleguen a un acuerdo con la compañía en la negociación del nuevo Convenio Colectivo. De no ser así, más de 60.000 trabajadores que prestan servicios de 'handling' en todos los aeropuertos españoles irán a la huelga a partir del 29 de julio.

En España los servicios de tierra a terceros mueven al año cerca de 900 millones de euros. Entre las principales empresas que prestan estos servicios se encuentran Iberia, Swissport, Acciona, Groundforce (Globalia), Atlántica, Clever, AviaPartner, Menzies, easyJet y Lesma-Ryanair. «Se verán afectadas todas las aerolíneas que vuelan a nuestro país», planteaba en un comunicado CC.OO. Sin embargo, las últimas informaciones denotan que ha habido avances en todos los puntos que se estaban negociando y este viernes podría alcanzarse un acuerdo.

El tren tampoco se libra este verano. La Confederación General del Trabajo (CGT) ha convocado para el próximo día 27 de julio la primera de una serie de movilizaciones en Adif y Renfe con la que pretenden «rescatar derechos perdidos».

A las movilizaciones del día 27, que afectarán a los trenes programados entre las 00 y las 2 horas, de 7 a 9 horas y de 16 a 18 horas, se pueden sumar otras jornadas con paros parciales o totales en los próximos meses, advierten desde el sindicato.