Secciones
Servicios
Destacamos
El guión del largometraje que bien podría protagonizar el expresidente de Nissan-Renault, Carlos Ghosn, dio ayer un nuevo giro en forma de una multitudinaria rueda de prensa del ejecutivo desde Beirut, la capital de Líbano, donde se encuentra huido desde principios de año ... de las autoridades japonesas. Desde allí quiso atacar a los gestores de la automovilística nipona acusándoles de organizar una «persecución política» contra su persona. «Mi calvario es culpa de un grupo de personas sin escrúpulos», llego a afirmar en la que era su primera intervención pública tras conseguir salir de Japón y llegar a Líbano, vía Turquía, sorteando todos los controles fronterizos.
El expresidente de la corporación insistió en el argumento que sostiene su defensa:las acusaciones de fraude financiero no tienen sustento y solo se basan en el intento de «derribo» de Ghosn –como apuntaron sus abogados en un comunicado– para evitar que Nissan y Renault se integraran aún más. Porque esa fusión podría acabar con la autonomía de la firma japonesa.
Ghosn no escatimó en un reguero de epítetos para radiografiar la situación por la que «está pasando», con tintes dramáticos. Denunció que fue blanco de «vergonzosos y continuos ataques de los medios orquestados por los fiscales japoneses y los ejecutivos de Nissan» durante su estancia en el país, donde consideró que «nunca tendría que haber sido arrestado». Apuntó que escaparse de Japón fue «la decisión más difícil de su vida» pero la tomó para «protegerse» a sí mismo ante la «imposibilidad de un juicio justo» en los tribunales. «Voy a morir en Japón o tengo que salir de Japón», llegó a explicar los medios a quienes recordó que por primera vez en mucho tiempo, podía «hablar libremente».
El expresidente del consorcio automovilístico, de 65 años, agradeció a las autoridades libanesas «no haber perdido la fe» en él, que tiene la nacionalidad del país árabe, la francesa y la brasileña, y afirmó que fue «rehén» de un país al que le dedicó su vida profesional. Sin embargo, a su futuro judicial se le aproximan ya algunos nubarrones a los que tendrá que enfrentarse. El fiscal general de Líbano le ha citado para tomarle hoy mismo declaración después de recibir la comunicación de la Interpol sobre el fugitivo, procedente de Japón.
Ghosn fue detenido en noviembre de 2018, situación que mantuvo más de 100 días en los que luchó «uno a uno» por su «inocencia». En abril del año pasado consiguió la libertad bajo fianza con estrictas restricciones. Pero a finales de diciembre aprovechó de los vacíos de seguridad en el aeropuerto de Osaka, donde llegó desde Tokio en tren de alta velocidad. Allí habría salido escondido en una caja embarcada en un avión privado que voló hasta Estambul. Desde Turquía abordó otro avión que le llevó a Líbano, donde entró con un pasaporte francés, una de las tres nacionalidades que tiene junto a la de Brasil. En Beirut se encuentra junto a su mujer, también acusada de «falso testimonio» a la policía japonesa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.