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Mientras siga la fiesta de gasto y buenas expectativas estivales, la economía española debería rodar sin problemas los cuatro o cinco próximos meses. Pero llegará el otoño, y ya sin el respaldo de las vacaciones de verano, el país afrontará una nueva etapa ... que solo podrá sostenerse con los Fondos para la Recuperación de la Unión Europea. Es más, con la «buena gestión» de esos primeros 70.000 millones de euros que recibirá España. «Hay muchas dudas sobre estos fondos y sobre cómo se van a gestionar», sostiene Mikel Larreina, de Deusto Business School. «No hace falta recordar ejemplos de proyectos financiados antes de la anterior crisis financiera, como algunos aeropuertos desérticos y otras infraestructuras públicas», explica. Porque, si se actúa en esa línea, la llegada de fondos no servirá para la recuperación.
El papel que tendrá la Adminsitración para seguir sosteniendo la economía más allá de un verano con buenas perspectivas será clave. «El riesgo sería que no se ejecutasen de forma rápida muchos de los proyectos que se han presentado», indica Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVAResearch. «También, el temor a que no se cumplan los hitos que marca la UE», explica. Se refiere a «los deberes» que debe completar España para seguir recibiendo las partidas de dinero. «Tiene que existir un consenso alrededor de las reformas que deben tener el visto bueno de Bruselas», recuerda.
Sobre esa necesidad de llegar a acuerdos entre los partidos políticos españoles, a tenor de la distribución de diputados en el Congreso, Matilde Mas, del IVIE, apunta que «el tipo de desencuentro de las fuerzas políticas no va a ayudar nada con la gestión de los fondos europeos». Anticipa que «o se ponen todos de acuerdo o será un fracaso».
La cuestión de las reformas no solo es necesaria porque así lo exija la Unión Europea para ir abriendo el grifo del dinero que implicará, por primera vez en la historia, la emisión de deuda mancomunada por parte de la Comisión Europea. Ni siquiera en la anterior crisis se consiguió este tipo de actuaciones coordinadas ante los mercados internacionales. Raymond Torres indica que la puesta en marcha de los planes de recuperación, y esas reformas, son necesarias «para la propia recuperación» económica, y no solo por lo que esté comprometida España con ese plan europeo remitido a Bruselas a principios de mayo.
De todo el plan, partidas como la inversión verde y la transición ecológica acapararán siete de cada diez euros recibidos en los dos próximos años. Por detrás, con otros 6.820 millones, se encuentran los programas de rehabilitación de viviendas y regeneración. También habrá dinero para modernización de las administraciones (4.315 millones), digitalización de pymes (4.000), el 5G (4.000), nueva política industrial y economía circular (3.700), turismo (3.400), ciencia e innovación (3.380) y despliegue de renovables (3.100 millones).
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