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España ha sido uno de los países más afectados por el coronavirus a nivel sanitario, por lo que las secuelas económicas también han sido «muy graves». Así lo reconoce el Fondo Monetario Internacional (FMI), que asegura que la economía española tiene una alta dependencia al ... turismo, lo que unido a las «altas tasas de desempleo» que sostiene, pueden suponer un lastre para reactivar la economía tras la crisis sanitaria.
Asimismo, el director de Comunicación del FMI, Gerry Rice, explicó que además España es un país con un tejido empresarial formado en su mayor parte por pymes, por lo que las consecuencias de la pandemia pueden derivar en problemas de renta para miles de familias.
En este sentido, el portavoz de la institución con sede en Washington felicitó al Gobierno por las «contundentes medidas» que ha tomado hasta ahora, con un «gran apoyo en ingresos y liquidez» a las empresas mientras que se produce el desescalamiento. La organización señala que a medida que se levanten las restricciones, se espera una reanudación «cada vez mayor» de la actividad en nuestro país.
El FMI actualizará sus previsiones macroeconómicas sobre España y el resto de países el próximo 24 de junio, según anunció Rice este jueves, que adelantó que podrán variar sustancialmente debido a los grandes cambios que se están produciendo las últimas semanas en torno al coronavirus. Una presentación que correrá a cargo de la economista jefa de la institución, Gita Gopinath, y que precederá a la actualización del informe de estabilidad financiera global un día más tarde.
En su informe de abril, el FMI pronosticó que la economía española retrocedería un 8% en 2020, después de crecer un 2% en 2019, mientras que el rebote para el año que viene será del 4,3%. Unas previsiones en línea con lo que planteó el Gobierno a Bruselas unos días después. El organismo calcula que la tasa de paro se dispare hasta rozar el 21% este año, lo que supone 5 millones de parados, y que descienda al 17,5% en 2021, aún lejos del 14% con el que cerró 2019.
La semana pasada, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ya advertía de que en junio revisarían a la baja «muy probablemente» sus previsiones para la economía mundial en 2020, para la que el pasado mes de abril ya estimaba un hundimiento sin precedentes del 3% del PIB, después de que los datos macroeconómicos de muchas potencias mundiales apunten a una severa recesión por las consecuencias del coronbavirus y ante la falta de vacunas o tratamientos. «Es muy probable que actualicemos nuestras proyecciones en algún momento de junio, y entonces nuestra expectativa es que habrá un poco más de malas noticias en términos de cómo vemos 2020», reconoció Georgieva.
En este sentido, con el objetivo de preservar el mayor capital posible, la directora gerente aboga en un artículo publicado este jueves por un acuerdo internacional a nivel mundial para suspender el pago de dividendos y los programas de recompra de acciones por parte de las entidades bancarias mientras dure la pandemia de la Covid-19. Así, defiende que unas «sólidas posiciones de capital y liquidez» son esenciales para proporcionar créditos, pero que es «necesario» retener los beneficios obtenidos para «reforzar» los colchones construidos por los bancos.
Según los cálculos del organismo, los 30 bancos sistémicos más importantes a nivel mundial retribuyeron a sus accionistas con 250.000 millones de dólares (unos 227.500 millones de euros) en 2019 entre dividendos y recompra de acciones. «Este año deberían retener sus ganancias para elevar el capital del sistema», señaló Georgieva, quien reconoció que esto tiene «implicaciones desagradables» para los accionistas, pero que ante una abrupta contracción económica como esta, hay «sólidos argumentos» para fortalecer todavía más la base de capital de las entidades.
A su juicio, todos se beneficiarán finalmente si los bancos preservan el capital en lugar de pagar a los accionistas durante una pandemia porque «sus intereses están alineados con los de los supervisores y los clientes». Así, advirtió de que los banco que no sigan sus directrices serán «penalizados» por los inversores, por lo que apostó por un pacto internacional por parte de los reguladores para suspender el pago de dividendos y recompras de acciones.
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