El FMI avisa de que la eurozona necesitará más ayudas por la segunda ola

Así, la institución alerta de que a menos de que la dinámica de la pandemia cambie significativamente en los próximos meses, el crecimiento en el primer trimestre de 2021 será «más débil de lo previsto» en las perspectivas de la economía mundial publicadas por el organismo en octubre y se necesitarán nuevas ayudas públicas para contrarrestar el desplome de la economía.

En sus conclusiones del informe correspondiente al artículo IV para la zona euro, el FMI reconoce que estamos en manos de la vacuna, ya que confía en que una entrega «rápida y generalizada» de la misma estimulará una recuperación económica menos lenta. Sin embargo, una crisis de salud prolongada en el tiempo conduciría a «condiciones financieras más estrictas y mayores vulnerabilidades en el sector público y privado, aumentando la desigualdad y la pobreza.

Para hacer frente a esta gran batalla, el organismo considera que el «histórico» paquete de ayudas de la Unión Europea proporcionará un «impulso significativo» al crecimiento de la eurozona, pero solo si se aplica de forma eficaz. «Nuevos retrasos en la entrega de los fondos dañarán las perspectivas de recuperación de la zona del euro», advierte. Además, aseguran que es importante que los fondos sirvan como «catalizador y no como sustituto de las reformas necesarias».

Entre las reformas se incluye la política fiscal, que el FMI asegura que han sido una «defensa fundamental» contra la pandemia en todos los países europeos, proporcionando «salvavidas fundamentales para trabajadores y empresas». Por ello, considera que retirar ese apoyo demasiado pronto supondría correr el riesgo de «hacer descarrilar» la recuperación. Aún así, entiende que una vez que pase la peor parte de la crisis, las ayudas deben dar prioridad a los hogares más afectados por la crisis y las empresas que tienen «más probabilidades de ser viables» en el futuro, al tiempo que «facilitará la salida de empresas inviables». Eso sí, reconoce que hacer esa clasificación es difícil por la incertidumbre que rodea el panorama postpandémico, lo que justificaría «pecar de cauteloso» y ayudar a algunas empresas que al final terminen siendo inviables.

Además, el Fondo explica que a medida que se levanten las medidas de contención del virus, será necesario un apoyo más amplio a la demanda, sobre todo en la parte de la inversión pública, para facilitar la transformación ecológica y digital de los países de la eurozona. Y a medida que la recuperación gane impulso, habría que «cambiar el enfoque» y facilitar la «reasignación de mano de obra y capital» para impulsar el crecimiento inclusivo y reducir las vulnerabilidades fiscales, argumentan.

Una de las peticiones más relevantes del organismo que dirige Kristalina Georgieva es que la UE mantenga la suspensión del Pacto de Estabilidad -actualmente en 'stand-by' hasta 2021- hasta que la recuperación esté «firmemente asentada» con el objetivo de que los países del euro aprovechen este tiempo para ajustar sus reglas fiscales. «Las reformas deben apuntar a simplificar las reglas actuales, haciéndolas más fáciles de comunicar y de hacer cumplir», explica el texto.