Los millonarios de EE UU piden crear un impuesto federal para el 1% de los más ricos

La noticia conocida este martes resulta, a priori, sorprendente, pero tiene explicación. Aunque aún queda año y medio para las elecciones presidenciales (noviembre de 2020), en el Partido Demócrata ha comenzado la carrera de aspirantes, que pugnan en propuestas tributarias con tintes sociales.

La senadora Elizabeth Warren, una de las favoritas, aboga por crear una tasa del 2% para los patrimonios particulares con más de 50 millones de dólares (casi 44 millones de euros) y del 3% si superan los 1.000 millones (879 millones de euros). Calcula que así se podrían generar cerca de tres billones de dólares en ingresos adicionales en la próxima década, que se reinvertirían en la lucha contra el cambio climático, infraestructuras y sanidad.

Otra dirigente demócrata propone como alternativa elevar al 70% el tipo del impuesto de la renta para quienes ingresen más de 10 millones de dólares anuales. Sin embargo, varios de los grandes patrimonios del país prefieren que haya una tasa federal distinta –para mantener sus deducciones fiscales–, con un tipo del 1% para también el 1% de los más ricos, unas 75.000 personas de una población de 327 millones.

«Justo» y «patriota» son algunos de los dos calificativos que los 19 millonarios firmantes de la misiva citada, entre los que no está el inversor millonario Warren Buffet, aunque en los últimos años sí ha defendido que las mayores fortunas paguen más impuestos. Su petición, eso sí, es que la recaudación correspondiente se destine a «inversiones inteligentes en nuestro futuro», por ejemplo, desarrollo de energías limpias, condonación de la deuda por créditos a estudiantes universitarios o garantizar el acceso de la infancia a la salud.

En Europa, Francia y Alemania ya descartaron este tipo de impuestos especiales, mientras Bélgica sí aplica una fórmula similar. En España, el Gobierno tiene previsto una subida del IRPF para 2020 que no pudo anticipar a este año por la prórroga presupuestaria; gravará con dos puntos más a las rentas superiores a 130.000 euros y cuatro para los ingresos superiores a 300.000. Se calcula que se verían afectadas unas 121.000 personas (el 0,6% de los contribuyentes), que pagarían de media 4.300 euros más al año a Hacienda.