Las ayudas públicas frente a la pandemia redujeron un 38% la desigualdad

El estudio, en el que los expertos analizan el impacto de la intervención pública sobre la renta de los hogares, concluye que las prestaciones monetarias fueron responsables de un 70% de la reducción, la gestión de los impuestos de otro 8,5% y las prestaciones en especie (gasto en sanidad y educación) del 21,5%.

Esta reducción de la brecha entre los hogares más ricos y los de menor renta se produjo gracias, sobre todo, a que estos últimos fueron los más beneficiados de las ayudas lanzadas en 2020. En concreto, Fedea estima que el 80% de las familias de renta más baja fueron los más favorecidos por las medidas adoptadas, ya que perciben un subsidio efectivo neto. Es decir, una diferencia positiva entre prestaciones e impuestos.

Por otro lado, el 20% de los hogares con mayor renta bruta resultó ser contribuyente neto, soportando un tipo efectivo neto siempre creciente, hasta llegar al 27,6% que soportan los hogares pertenecientes al 1% con más renta.

Los datos también evidencian que en ese primer año de la pandemia la renta de mercado (suma de todas las rentas percibidas por los miembros del hogar) del conjunto de los hogares sufrió una reducción media del 8,5% respecto a 2019. Ahora bien, los expertos de Fedea indican que el incremento de las prestaciones públicas amortiguó «significativamente» esa caída, dado que las prestaciones monetarias (sobre todo las prestaciones por desempleo) aumentaron en un 13% de media, mientras que las prestaciones en especie se incrementaron en un 8% por efecto del mayor gasto sanitario.