El aviso de Hacienda sobre las ventas en Wallapop

De este modo, las ventas de artículos a través de aplicaciones de venta de productos de segunda mano deben ser declaradas, pero solo si el precio final de venta es superior al de la compra original. En ese caso, se entiende que existe una ganancia patrimonial y, por tanto, habrá que reflejarla en la base imponible del ahorro.

Esta tributación se dirige a las operaciones en las que se obtiene un beneficio real, algo poco frecuente en las ventas de segunda mano, ya que con el paso del tiempo y el uso tiende a depreciarse el valor del bien, salvo que sea una pieza de coleccionista o restaurada.

También la frecuencia con la que se cierran acuerdos es un dato a tener en cuenta, ya que la Agencia Tributaria entenderá, si son muy frecuentes y el volumen de ingresos superior al Salario Mínimo Interprofesional, que existe una actividad económica tras el uso de la plataforma. En este caso, no solo el rendimiento se integrará en la base imponible general, sino que el vendedor tendría que darse de alta como autónomo, declarar el IVA y asumir el resto de responsabilidades que asumen los trabajadores por cuenta propia.

Para quien se queda con el artículo, la Agencia Tributaria establece también la obligación de pagar el 4%. Da igual el importe que se haya pagado por el objeto, todas adquisiciones están sujetas al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales en su modalidad de Transmisiones Patrimoniales Onerosas y se habrá de liquidar el gravamen a través del modelo 600 de la Agencia.

Lo que persigue la Agencia Tributaria es hacer un seguimiento de las operaciones telemáticas para evitar que personas que realmente están ejerciendo una actividad económica la puedan camuflar como ventas entre particulares. No se rastrean pequeñas ventas, pero la alargada sombra de Hacienda llega hasta aquellas operaciones que se realizan con rutina o son de alto valor.