Europa se pone frente al espejo de más defensa, tecnología y competitividad

No son reglas escritas. Su ejecución dependerá de las mayorías parlamentarias que surjan de las urnas este domingo. Pero todos los partidos -de izquierda a derecha- se pondrán a partir de mañana frente a la realidad. Un espejo que no podrán obviar. Porque el mundo, más allá de esta cita electoral, ha seguido moviéndose. Y Europa «debe afrontar esos problemas de seguridad, integración, tecnología y competencia», explica Enrique Feas, investigador principal del Real Instituto Elcano.

El del gasto en defensa es «el elefante en la habitación de la Unión Europea», destaca Víctor Burguete, investigador sénior en el área de Geopolítica Global y Seguridad de CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs). «Debemos preguntarnos cómo podemos hacer frente a las necesidades en seguridad independientemente de que gane Donald Trump en noviembre», destaca este experto. Porque Estados Unidos «se muestra mucho menos comprometido» en esta materia con el paso del tiempo.

Burguete anticipa que las inversiones en defensa «van a pasar a representar un peso importante en los presupuestos comunitarios, cuando hasta ahora eran algo residual». Coincide en este punto con el análisis que realiza Ángel Saz, director del Centro de Economía Global y Geopolítica (EsadeGeo), quien considera que aun sin cita electoral en EE UU, Europa «también debería hacer los deberes porque el interés estratégico de ese país es ya más hacia Asia».

El reto que supone destinar más dinero a defensa es que habrá que restarlo de otras partidas. Y ahí hay un problema. «Al final necesitas dinero», destaca Enrique Feas. «Nos hemos ocupado de cómo controlar los gastos de los Estados a través de las reglas fiscales, que está bien, pero también deberíamos preguntarnos de dónde sacamos el dinero que necesitamos para financiar todos los retos que tiene ante sí la Unión Europea», indica.

Otra de las prioridades a las que se deberá enfrentar la UE será la fórmula para encontrar la competitividad (económica, empresarial, laboral...) para hacer frente a otros grandes bloques comerciales, como el propio EE UUy China. «Nos estamos quedando atrás en esta carrera mundial desde hace tiempo en varios ámbitos», explica Víctor Burguete. El último informe Draghi estima que hacen falta 500.000 millones de euros al año para poder competir en igualdad de condiciones con norteamericanos y chinos. Para este experto, «hará falta hacer inversiones eficientes, sobre todo de fondos paneuropeos». Por «si lo dejas en manos de cada país, se generarán asimetrías», indica. «La solución sería crear un catalizador para atraer inversión privada, pero para eso hace falta mucha más inversión pública», sostiene.

Todos los analistas consultados por este diario señalan un texto:el informe Letta. Un análisis en el que la energía, las telecomunicaciones y los mercados financieros son los tres ámbitos que el informe elaborado por el exprimer ministro italiano, Enrico Letta, identifica como los estratégicos para los próximos años. Su análisis, centrado en el mercado único, tiene la vista puesta en construir una estrategia con la que impulsar la competitividad de la UE. Porque «el riesgo de desindustrialización en el continente no es irreversible» pero es «una amenaza real». Apuesta por un código de legislación empresarial, un sistema de contribución de ayudas de los Estados o menos regulación.

Francisco Uría, socio responsable global de Banca y Mercados de Capitales de KPMG, considera que «la UE ha priorizado la regulación como medio de protección para los ciudadanos, lo cual es muy razonable, pero ha llegado el momento de que las empresas y las entidades encuentren un espacio en el cual les sea más fácil crecer e innovar»

Para poner en marcha cualquier nueva estrategia en tecnología haría falta «más integración», destaca Víctor Burguete. Indica que «si no hay mayor integración del mercado único», la tecnología comunitaria no tendrá capacidad de competir con la que venga de otros polos exteriores. «Hay una parte muy importante de la estrategia sobre el desarrollo de las propias actividad que tiene la UE», apunta.

Pero sea en el campo que sea, los expertos insisten en que la Unión debe estar más unida que hasta ahora. «Las élites son europeístas, pero por abajo, el pueblo, y por arriba, los políticos, no lo son realmente», afirma Ángel Saz.

Enrique Feas señala que «el tamaño es crucial a la hora de tomar decisiones». Y sostiene que solamente sobreviven los grandes polos económicos. «No es lo mismo tener grandes operadores que no, o mercados más fragmentados o no. Esa es la diferencia entre lo que hace grandes a unos y otros», indica.

Si finalmente surge un Europarlamento más proclive a la integración supranacional. Los analistas advierten de que si se opta por una Europa más nacionalista no habrá dinero suficiente para acometer los retos pendientes.