Nuevo paso atrás cuando apenas restaban unos pocos metros para otear el fondo del precipicio. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones, las delegaciones comerciales de Estados Unidos y China están negociando las bases de un principio de acuerdo que permitirían retrasar la entrada en vigor de los nuevos aranceles a productos del gigante asiático, cuya implementación está prevista para el próximo 15 de diciembre, según informa el periódico 'The Wall Street Journal', que cita como fuente a funcionarios de ambos países.
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Los representantes estadounidenses habrían pedido a sus homólogos chinos un compromiso para aumentar algunas compras de productos agrícolas procedentes de Norteamérica, mientras que el lado gigante asiático pretende ligar estos incrementos a la retirada proporcional de algunos aranceles.
La información del periódico estadounidense viene a reforzar la publicada por la de otro diario, en esta ocasión chino, el 'South China Morning Post', que apuntaba a la creciente probabilidad de que los nuevos aranceles no entren en vigor el próximo 15 de diciembre, a pesar de la dificultad para que ambos gobiernos cierren un acuerdo comercial para resolver sus diferencias antes de esa fecha.
El analista local, Lu Xiang, citado por el rotativo chino, advierte de que la implementación del arancel adicional del 15% a productos chinos por valor de unos 160.000 millones de dólares (144.410 millones de euros) tendría un impacto semejante al de «un desastre natural». «Si el domingo hay aranceles, supondría que las negociaciones han colapsado», añadió Lu, para quien la decisión final está en manos de Trump, aunque subraya que «China está preparada para el peor escenario».
Los mercados bursátiles optaron por la prudencia nada más conocer la posibilidad de que los aranceles quedarían en suspenso este domingo. A falta de confirmación oficial, el Dow Jones estadounidense cotizaba prácticamente en plano durante buena parte de la sesión. En Europa, el Ibex-35 terminó la jornada con un descenso del 0,30%.
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Esta guerra comercial, que data de principios de 2018 y cuyo final parece no llegar nunca, continúa afectando a las manufacturas chinas cuyas exportaciones cayeron en noviembre, en contra de lo previsto, un 1,1% en términos interanuales, aunque las importaciones se recuperaron y crecieron por primera vez desde el pasado abril.
Los datos se conocían hace apenas una semana, cuando aún EE UU mantenía la idea de aplicar los nuevos aranceles a partir del día 15. Pese al esperado repunte estacional por la temporada navideña, las exportaciones china marcaron su cuarto mes consecutivo de descenso, que fue más pronunciado además que el del 0,9% registrado en octubre. Por su parte, las importaciones aumentaron un 0,3%, en lo que supone el primer incremento desde abril y el segundo en lo que va de año.
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El conflicto abierto por Trump sigue condicionando todos los análisis de cara a 2020 donde se plantea una moderación del crecimiento ante la incertidumbre por esta guerra arancelaria.
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