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«La crisis no ha terminado, continúen gastando (de forma inteligente)», instan las expertas del Fondo Monetario Internacional (FMI) a los Gobiernos. Las economistas del organismo explican que si bien los déficits se han incrementado de manera muy importante este año, se prevé que ... se estrechen más de un 5% sobre el PIB el ejercicio que viene. «Mientras parte de este ajuste refleja que el crecimiento se prevé que se fortaleza, el mayor contribuidor a la mejora de las balanzas fiscales será la fuerte retirada del apoyo discrecional y de las medidas de alivio que se han introducido para contrarrestar los efectos de la crisis», comentan Oya Celasun, Lone Christiansen y Margaux MacDonald en un artículo que resume el último informe del FMI. Estas tres economistas advierten de que esta retirada de apoyos tiene (y tendrá) lugar en un momento en el que las pérdidas de empleo como consecuencia de la crisis se espera que sean aún considerables, como lo demuestran las previsiones sobre la evolución del mercado de trabajo para el corto plazo y que contrastan con las tendencias pre-pandemia.
Si bien las economías han remontado con fuerza en el tercer trimestre después de las medidas de confinamiento, el FMI advierte de que han vuelto a perder tracción recientemente, debido a la segunda oleada de infecciones y a las nuevas medidas de confinamiento. Además, según constata el organismo, la recuperación registrada en los últimos meses ha sido bastante desigual por sectores y por países.
Por ello, el FMI aconseja mantener el apoyo fiscal. Una retirada prematura de estímulos ocasionaría más daños sobre las vidas de las personas y aumentaría la probabilidad de quiebras generalizadas, lo que a su vez pondría en riesgo la recuperación y provocaría que las cicatrices de la crisis fueran mucho más profundas. El Fondo recomienda que, en los países en los que sea posible, los gobiernos deberían resistirse a endurecer la política fiscal demasiado pronto y garantizar, en cambio, un apoyo continuo para la atención médica, las personas y las empresas. En cuanto a las economías con menor margen fiscal, se puede seguir justificando, dicen, que se priorice el gasto para proteger a los más vulnerables.
De acuerdo con el último informe del FMI, en la medida en la que los estabilizadores automáticos no están proporcionando suficientes redes de seguridad durante la crisis, se ha de mantener el apoyo a los hogares vulnerables hasta que los trabajadores puedan volver a la fuerza laboral. Además, defiende el apoyo bien dirigido a empresas viables. Y, en este sentido, avisa a países como España de que han de reformar el régimen de insolvencias o el sistema de resolución de deudas para ayudar a reducir la presencia de compañías zombis y acelerar la reasignación de recursos como capital y trabajo. Además, respecto al empleo, aconseja la reforma laboral en España para elevar el dinamismo del mercado de trabajo.
En cuanto a las recetas para la recuperación, las economistas del Fondo afirman que, a medida que se comienza a comprender lo que espera al mundo después de la pandemia mundial, las políticas deberán estar orientadas hacia la nueva realidad y hacia la generación de resiliencia y resistencia, con medidas que promuevan la inversión y la contratación en sectores en expansión, así como el reciclaje y la capacitación de los desempleados. Además, señalan que las inversiones para promover la descarbonización pueden no sólo aumentar el empleo a corto plazo, sino que también pueden aumentar la fortaleza de las economías en el futuro.
Pero el FMI no se olvida de que los países han de recuperar la senda de la sostenibilidad fiscal. Y señala que, entre otros Estados, España necesita ajustes más allá de los que están hasta el momento proyectados. Pero esa consolidación presupuestaria con vistas al medio plazo deberá combinarse con el fortalecimiento de la red de apoyo social y con el alineamiento de los salarios con la productividad, además de con la apertura de los mercados a la competencia.
El Fondo insiste en su último documento en que se han de eliminar las cicatrices que la pandemia y la crisis dejarán en la población más vulnerable. «Además de asegurar un apoyo continuo con políticas macroeconómicas para limitar el impacto de la crisis en el desempleo, se han de garantizar unas fuertes redes sociales de seguridad», advierte el informe. Y pone algunos ejemplos de lo que se ha hecho en España, como la garantía de los contratos de los servicios básicos para personas que no pueden hacer frente a su pago, así como las moratorias en créditos y desahucios.
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