Los eSports se reivindican como el sector más pujante del entretenimiento

Ahora, impulsado por una ayuda del Programa Ekintzaile del Gobierno Vasco, Robleño ha diversificado su negocio y hace de todo: proporciona servicios de consultoría de eSports, crea contenido para diferentes plataformas, es comentarista de eventos como el Euskal Encounter –el mayor evento de España–, y representa a diferentes jugadores en un sector que ha dado el estirón en el último lustro: el año pasado duplicó los 14,5 millones de euros que generó en 2016 a pesar de que la pandemia redujo en 8 millones la facturación de 2019.

«Los eSports son el futuro», sentencia Robleño. Y Jordi Soler, consejero delegado de la Liga de Videojuegos Profesional (LVP), coincide: «Ya no son el entretenimiento de ese chico gordo y con gafas que vive recluido en su habitación. España ya es la novena potencia del sector por volumen de ingresos, la nuestra es la segunda liga más vista de Europa –56 millones de espectadores acumulados en 2020–, y el país tiene la ventaja del idioma a la hora de explorar el mercado latinoamericano».

Robleño enfrenta «la tracción que tienen los eSports entre los jóvenes» con «la inercia de la que vive el fútbol». Y añade que esa pujanza se refleja ya en la retribución de los jugadores profesionales: «En los últimos años se ha multiplicado hasta por diez». Los datos de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI) corroboran esa visión. Actualmente, nuestro país cuenta con la mayor penetración mundial de los deportes electrónicos –un 62%– y el sector emplea a unas 800 personas en España, incluidos unos 250 jugadores profesionales que nutren el mayor número de equipos de Europa.

Pueden parecer pocos, pero es una cifra que duplica la estimación que se hizo en 2018 y que vive un rápido crecimiento gracias a las importantes inversiones realizadas en los últimos años. La última es la que han anunciado el futbolista Gerard Piqué y el célebre comentarista bilbaíno Ibai Llanos, que han sumado fuerzas para crear un nuevo equipo.

«La pandemia también ha impulsado un gran crecimiento de la audiencia –43% en 2020–, y lo importante es que hemos logrado mantenerlo», señala Soler. Según el barómetro GES realizado el pasado mes de junio, el 71% de las empresas encuestadas aumentaron su inversión en eSports y el 64% lo hará también en 2022, cuando la LVP espera dar un salto de gigante.

No obstante, el guipuzcoano Jon Fermín San Julián, economista y 'gamer' desde pequeño, está convencido de que las oportunidades que ofrece este mercado no se están aprovechando lo suficiente. Por eso, el año pasado, de la mano del jugador de la Real Sociedad Jon Bautista, creó ORE eSports, una empresa que nace con la ambición de liderar el sector en Euskadi. «El objetivo es crear eventos tanto 'online' como presenciales, nutrir una comunidad, y entrar en el mundo de la formación, con academias dedicadas a extraescolares», explica San Julián.

«De momento los clubes no son rentables porque estamos en un juego de posicionamiento antes del 'boom'. Hay que invertir para generar interés y buscar las vías de monetizar las actividades», reconoce, señalando que, a diferencia de lo que sucede con el deporte tradicional, los eSports están íntimamente relacionados con la creación de contenido de 'streamers' –que emiten en directo y comentan partidas– y de 'influencers'.

No en vano, la audiencia española, que se estima ya en casi 3 millones de personas –de las que un tercio son mujeres y 1,6 millones tiene más de 25 años– sigue competiciones a través de Youtube (51%) y Twitch (42%) y se nutre también de contenido en Instagram (50%) y Twitter (36%).

«Nosotros no somos un deporte, sino un espectáculo. Y en una década seremos una de las principales fuentes de entretenimiento», vaticina José Ramón Díaz, consejero delegado de Good Game Group. Esta empresa radicada en Andalucía es propietaria de Vodafone Giants, el mayor equipo de eSports de España con tres millones de euros de presupuesto, cuenta con más de 30 millones de seguidores acumulados en redes sociales, y también comercializa ropa y periféricos para los fans.

«El sector se ha profesionalizado, en ocasiones las empresas cuentan con estructuras más sólidas que las de clubes de fútbol, y estamos creciendo muy bien. Pero apenas tenemos diez años de historia, la mayoría de los clubes dependen de los patrocinios para un 80% o un 90% de sus ingresos, los derechos de retransmisión aún no son abundantes, y hay que tener paciencia. No vamos a facturar mil millones de la noche a la mañana», señala Díaz.

Soler reconoce que el sector aún necesita encontrar un modelo que permita la subsistencia de toda la cadena de valor. «Hay que diversificar los ingresos. Los derechos de retransmisión son la parte más complicada, que aún debe dar el salto. El objetivo es que el crecimiento de la audiencia sea proporcional al económico. Y vamos por buen camino», explica. De momento, la empresa de Díaz, Good Game Group, emplea ya a más de un centenar de personas. «A los jugadores les ofrecemos sueldos que van desde el SMI hasta los 7.000 euros, dependiendo del retorno que ofrezcan, como en todo», reivindica el empresario.

A Robleño le preocupa que los casos de algunos famosos, como el de Llanos, que ha trascendido el mundo de los videojuegos para convertirse en una figura a nivel nacional, se vean como la norma y que muchos adolescentes caigan en una trampa. «Hay mucho desconocimiento y eso es el mejor abono para las estafas», señala, subrayando la necesidad de que los chavales que quieran dedicarse al sector mantengan vivo siempre un 'plan B' y no dejen los estudios. «Yo en Twitch estoy entre el 0,01% de los usuarios con más seguidores y aun así solo gano con esto entre 300 y 400 euros al mes. Lo cierto es que, de momento, de esto aún vive poca gente», advierte.

San Julián coincide, aunque es optimista sobre el desarrollo futuro del sector. «Es muy posible que en unos años el 70% o el 80% de la población sea aficionada a los videojuegos, la base de la que se nutren los eSports. Creo que se podrá incluso regionalizar el sector con una mayor abundancia de ligas –cada una se refiere a un juego como League of Legends, FIFA o Counter Strike–, y que habrá espacio para todos», analiza, con la mirada puesta en Asia, donde el sector es más robusto. «Hemos empezado a andar hace poco y pronto nos pondremos a correr», concluye Díaz.