Andras Tombor

CEO de Magyar Vagon

«Ningún gran fabricante se ha interesado por Talgo, es más cómodo dejarla caer»

–¿Cuándo esperan tener la primera reunión con el Gobierno?

–Lo antes posible, pero depende de ellos. Les hemos dado suficiente información para que tomen una decisión o establezcan condiciones a la autorización para la adquisición de Talgo. Entendemos que es un proceso delicado y respetamos sus tiempos.

–¿Ha pensado retirar la oferta?

–En absoluto. Llevamos mucho tiempo trabajando en la operación y estamos convencidos de sus beneficios para ambas empresas y países. Estamos determinados en seguir adelante.

–¿Cuándo comenzaron los contactos conTalgo?

–Hace años. Supimos que el fondo británico Trilantic ­–el accionista principal de Talgo– quería vender y mantuve varias conversaciones en Londres con Javier Bañón –socio del fondo y consejero de Talgo–. Después conocí al presidente de la empresa, Carlos de Palacio. Ambos me parecieron excelentes profesionales.

–Moncloa ha buscado alternativas a su opa en CAF, CriteriaCaixa o Skoda. Pero ustedes insisten en ser la única opción.

–Les respeto mucho pero sé cuál es la situación del sector ferroviario y que es necesaria una estrategia industrial que nos ayude a ganar tamaño para competir en un mercado que ha cambiado. Nuestros principales competidores, como Siemens, Alstom o la china CRRC, están tomando la delantera y pueden acudir a grandes mercados como el indio a lograr megacontratos. Egipto va a sacar una licitación de 2.000 millones. Talgo es una empresa fantástica, pero necesita crecer o ese contexto la va a matar.

–¿Y no lo puede hacer con los grandes europeos como Stadler, Alstom o Siemens?

–Talgo lleva mucho tiempo a la venta en el mercado y ningún gran fabricante se ha interesado. No la comprarán porque para ellos es más cómodo esperar a que caiga. Por otro lado, a diferencia de Francia o Alemania, las compras de trenes en España no se han centrado en sus fabricantes. De la cartera de Talgo, solo un 15% está en España. Ahora necesita socios para competir con los grandes.

–¿Por qué Magyar Vagon?

–Somos el socio ideal. Talgo tiene una tecnología fabulosa y nosotros aportamos la capacidad de fabricación. En unos quince meses podríamos hacer la integración técnica y se multiplicaría su capacidad.

–¿Por eso es una opa amistosa?

–Por eso cuento con el apoyo de la junta directiva y de la familia fundadora, porque ellos ven lo mismo con claridad.

–¿Le gustaría que Carlos de Palacio siguiera en la presidencia?

–Sí. Es fundamental. A él y a los directivos les tengo un gran respeto. Necesitamos todo ese capital humano, son irremplazables.

–Sin embargo, el Gobierno ve con recelo el respaldo del país a la opa y la línea ideológica del presidente Viktor Orbán.

–Soy empresario, no sigo la política. Es cierto que hay una financiación del Gobierno de Hungría, pero solo para arrancar la operación. Responde a la política industrial para favorecer el sector.

–¿Y su grupo empresarial tiene conexiones con capital ruso?

–No tenemos nada que ver con Rusia. No hay nada.Teníamos unos contratos con TMH y tardamos menos de tres meses en cerrarlos tras la invasión de Ucrania. Fuimos de los primeros en salir, los más rápidos.

–Han ofrecido dar entrada en su operación a capital español, ¿es una forma de desbloquear?

–Sí. Somos flexibles a dar entrada a compañías, a la SEPI o a lo que elGobierno pueda plantear.La operación está diseñada desde el convencimiento de que Talgo siga siendo española, con sus plantillas y sus centros.

–Si el Gobierno no autorizara la opa, ¿tomarán medidas legales?

–Hay una vía legal para defender nuestra operación, pero la racionalidad industrial de la propuesta nos lleva a pensar que no tendremos que utilizarla. Creemos que las autoridades verán el sentido de nuestra oferta.