Talgo suma 498 millones de ingresos a la espera de comprador para desatascar los pedidos

Sin embargo, el ebitda (beneficios antes de impuestos y costes financieros) cayó de los 64,5 millones de 2023 a los 57,7 millones del tercer trimestre de este año. El fabricante de trenes de origen vasco, que cerró la sesión de este martes en Bolsa con una caída del 1,15% hasta los 3,44 euros por acción, presenta estos positivos resultados en medio del proceso de compra en el que lleva inmerso desde hace meses. Pese a que el Gobierno terminó vetando la opa lanzada por el grupo húngaro Magyar Vagon por considerar a Talgo «empresa estratégica», ahora Sidenor ultima los detalles para lanzar una oferta para hacerse con la tercera parte (concretamente, el 29,9%) de las acciones del fabricante antes de que termine el año.

La principal baza que quiere emplear Sidenor para presentarse como única candidatura viable es el respaldo institucional con el que cuenta. El presidente de la siderúrgica vasca, José Antonio Jainaga, tiene el respaldo de los gobiernos central y vasco, que están dispuestos a entrar adquiriendo participaciones en la empresa para asegurar su proyecto industrial. Tanto es así, que el ministro de Transportes, Óscar Puente, aseguró este martes que la entrada de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) en Talgo para acompañar a Sidenor en la compra de la compañía es «una posibilidad». En declaraciones a la prensa tras su participación en la Global Mobility Call en Madrid, el ministro precisó que «aún está por determinar» el papel del Gobierno en esta operación, pero dejó entrever que el «acompañamiento» del que siempre ha hablado el Ejecutivo podría traducirse en una entrada de la SEPI en el capital del fabricante de trenes.

Hay datos positivos, como una cartera de pedidos que supera los 4.000 millones y unas ventas históricas con 652 millones el pasado año y 498 millones hasta septiembre de 2024. Pero también hay elementos que ofrecen un contrapeso. Es el caso del apalancamiento de la compañía por su elevada deuda bancaria debido a los retrasos en las entregas de sus pedidos, que dificulta la entrada de capital.

Por eso el tiempo es oro para Talgo. La compañía acusa la falta de inversión industrial acumulada en los últimos años. La prioridad dada al reparto de beneficios ha impedido aumentar la capacidad de fabricación que, según explicó su presidente en la última junta de accionistas, es hoy una «prioridad». Con 4.000 millones de euros en su cartera de pedidos, se suma la multa de 166 millones prevista por los retrasos en la entrega de trenes a Renfe. Y en unas semanas la compañía debería comenzar a entregar las primeras de las 230 unidades encargadas por el operador alemán Deutsche Bhan, que firmó un contrato por 1.400 millones, el más importante en la historia de Talgo. Todo ello provoca un efecto embudo en las dos plantas de Talgo, una en Las Matas (Madrid) con 500 empleados y la más grande en la localidad alavesa de Rivabellosa, con 700 trabajadores.

El principal accionista, el fondo americano Trilantic, busca dar entrada a una alternativa que le permita encarecer la operación. Su propuesta de venta sigue en los 5 euros por acción que plantearon los húngaros. Eso haría que el coste del 29,9% de las acciones alcanzara los 185 millones. En las últimas semanas se han tratado de reactivar vías fallidas como la de Skoda o la del gobierno polaco, Pesa. Incluso, uno de los constructores indio, Jupiter Wagon, está preguntando por Talgo atraído por el ruido.

En el calendario pesa también el hecho de que en 2024 expira el pacto de socios que condiciona a los principales accionistas de la compañía ferroviaria: Trilantic, la familia Oriol y Torreal. Este grupo tiene el 40% de Talgo a través de una sociedad, Pegaso International. El peso de Trilantic en ese vehículo es superior al 60%, lo que supone ese 29,9% en el accionariado total del fabricante de trenes. Decaído el compromiso del pacto de socios, estos pueden buscar de forma independiente la venta de sus acciones, lo que añadiría un extra de dificultad a la compra. Torreal -herramienta de inversiones fundada por Juan Abelló- vincula también su salida de Talgo al momento en el que Trilantic venda.