El confinamiento supuso un punto de inflexión para empresas que, como Correos, se han percatado de los cambios que aquella situación ha tenido entre los ciudadanos, cada vez más digitalizados. «Todavía me preguntan si hay buzones en las calles», explica el presidente de la compañía ... estatal, José Manuel Serrano, quien insiste en que la empresa «tiene futuro» si sabe reconvertir su modelo de negocio hacia nuevas áreas de reparto, por una parte, y aprovechar el potencial de su red de 2.383 oficinas, para atender los problemas de la España menos urbana.
-¿Cómo afronta esta nueva etapa tras la pandemia y los efectos que ha dejado en el negocio?
-Hubo un punto de inflexión muy importante, en marzo de 2020. La digitalización se ha acelerado inevitablemente, hasta el punto de que perdemos 560 millones de cartas en el año 2020, y así ha ocurrido desde entonces. Por eso, tenemos que diversificar la compañía, como cualquier otra empresa, para darle más potencia a lo que sabemos hacer, que lo que sabemos hacer es la distribución en última milla, el 'e-commerce' o la paquetería. Hay que ocupar toda la cadena de valor hasta esa última milla.
-Pero arrecian las críticas de los sindicatos ante las dudas por la viabilidad. ¿Hay futuro?
-Sí, claro que lo hay. Y mucho. Lo que pasa que no lo hay en alerta. Cada vez el negocio 'online' se va consolidando más. Esa realidad la afrontamos diversificando nuestro negocio en todos los nichos que tiene la paquetería, ofreciendo soluciones al cliente.
-¿Por qué se encuentra paralizado el plan estratégico?
-Llevamos trabajando en él desde el año 2019. Pero desde 2020 han ocurrido tantas cosas para el tejido productivo y tantas a nivel global, como una pandemia o una guerra, que vamos adaptándolo. En cualquier caso, las líneas maestras están intactas: diversificar en el ámbito de la paquetería, ocupar la logística de almacenamiento, carga aérea, consolidación en origen y también la aduana en España.
-Dentro de esa diversificación, ¿cómo está evolucionando Correos Cargo?
-Fue una empresa que abrimos en 2019, fruto de la diversificación, junto con el de Portugal. El negocio ya está en número positivos. La carga aérea seguirá creciendo en lo que queda de año. Tenemos dos vuelos semanales programados de aquí a fin de año e incluso a final de año esperamos tener un segundo avión operativo.
-Pero el negocio tradicional de Correos sigue en pérdidas.
-La situación actual tenderá a mejorar clarísimamente. Necesitamos un poco más de tiempo del que preveíamos precisamente porque nos está afectando de lleno también las circunstancias de Ucrania, como a todas las empresas. Lo que teníamos pensado que ocurriera en 2024 se trasladará un poco más hacia 2025. Los negocios ya diversificados serán capaces de contrarrestar la pérdida de las cartas, que lamentablemente es una realidad que seguimos viendo cómo retrocede. A medio plazo la empresa tiene futuro y mucho. Al menos tiene otros tres siglos, como los tres que lleva ya de camino.
-Correos Market es otro pilar de diversificación. Aunque suponga enfrentarse a gigantes mundiales, como Amazon...
-Quiero apostar también por lo público desde otra óptica, mirar por el testigo productivo de nuestro país. Por eso, pusimos en marcha nuestro 'marketplace', con una diferencia: no cobramos ninguna comisión ni por estar ni por vender en Correos. Ese porcentaje se queda en las empresas españolas, que cuentan con la red de distribución más importante para vender sus productos de forma competitiva en la Península.
-Son empresa pública, pero tienen que competir con privadas.
-A nosotros no nos regalan el servicio postal, lo conseguimos con las licitaciones en las que a veces ganamos, y otras no. Quiero romper una lanza a favor de Correos porque nosotros no vivimos de los fondos del Estado. El servicio postal universal es exactamente el 5% de nuestra facturación, unos 110 millones. El 95% restante viene por la competencia.
-¿Qué papel va a jugar en el futuro la red de oficinas?
-Tenemos una capacidad de 2.383, solo superada por algunos bancos. No vamos a cerrar ninguna. Pero sí vamos a darle valor añadido, con más servicios. Y ahí hay un espacio en el ámbito de las administraciones públicas, donde nos podemos convertir en una oficina de referencia para el ciudadano, llevando el máximo de trámites administrativos, facilitándole la vida y evitándole desplazamientos. Se trata de habilitar todo un catálogo de servicios de las administraciones con las que estamos hablando, como ayuntamientos, diputaciones, comunidades o el Estado.
-¿Eso es una Ventanilla Única?
-Ya ofrecemos la posibilidad de realizar la compraventa de un vehículo entre particulares en la oficina, liquidar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, estando en contacto con la DGT, Hacienda, la comunidad...
-Tras las quejas de los mayores por el trato de los bancos, Correos se situó en el epicentro como proveedor de servicios financieros en zonas rurales.
-Vamos a hacer un despliegue de 1.500 cajeros. Ya tenemos acuerdos con entidades y ofrecemos transacciones básicas que necesitan en cualquier municipio, incluido el dinero en efectivo con el cartero. Y tenemos grandes acuerdos, como es el del Santander, que está funcionando y que espero que a futuro sea una línea de diversificación y de ingresos.
-¿Se plantean ampliar a otras entidades este tipo de servicios?
-Correos Cash está abierto a todos los bancos que quieran y hay negociaciones abiertas con otras entidades. Al final es una red comercial y como tal tiene que buscar la manera de ser sostenible social, económica e incluso medioambientalmente. Ahí estamos buscando nuevos nichos de negocio. Al final, si acercas al ciudadano los servicios, entendemos que será más fácil que la gente pueda vivir en el entorno rural de mejor forma.
«Tenemos un impacto de 40 millones por el alza de las materias primas»
Tampoco Correos se libra del impacto económico derivado de la invasión rusa a Ucrania, el alza del precio de la electricidad, el combustible o el gas que usan para parte de su flota.
-¿Cuál es el impacto que tiene esta coyuntura actual en las cuentas de la compañía?
-Es importante. Somos grandes consumidores de electricidad. En una flota de 15.000 vehículos, tenemos vehículo eléctrico, de hidrocarburo y tenemos también vehículos de gas. Es llamativo el crecimiento del incremento del precio del gas, con lo cual es cierto que hacemos una valoración aproximadamente de unos 40 millones de euros de impacto en los costes de la materias primas.
-¿Cómo ajustan esta realidad en el presupuesto?
-Tenemos la decisión firme de no trasladar esos costes al ciudadano en lo que es servicio público. Y en el resto de precios, intentamos hablar con nuestros clientes, grandes emisores de paquetería o de postal, y razonar con ellos para intentar llegar a un consenso para paliar el incremento de los precios.
-Precisamente en materia de movilidad, la RSC está jugando un papel clave.
-En nuestra apuesta por la sostenibilidad, hemos decidido informar al ciudadano de que un vehículo eléctrico puede hacer un reparto en 72 horas, aunque no uno urgente en 24 horas. Son envíos responsables para que el cliente pueda decidir con las opciones que le ofrecemos.
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