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Ferrovial ya ha comunicado a la Comisión del Mercado de Valores (SEC) de Estados Unidos su intención de cotizar en la Bolsa de ese país en el primer trimestre de este año con un precio de salida similar al de su cotización en España o ... Países Bajos. La compañia ha remitido a la SEC la documentación necesaria, un informe de más de 216 páginas donde analiza los factores de riesgo actuales -una exigencia habitual a las empresas que quieren cotizar para que los inversores estén informados- y entre los que cita un posible daño reputacional por el traslado de la sede social a Ámsterdam -que la empresa justificó para facilitar precisamente la cotización en la Bolsa estadounidense-. «Cualquier daño a nuestra reputación que podamos sufrir como resultado de la redomiciliación a los Países Bajos tal como lo perciben nuestros clientes, proveedores, empleados, inversores, accionistas, pares y cualquier otro tercero podría tener un impacto negativo en el precio de nuestras acciones, así como nuestro negocio, situación financiera, resultados de operaciones y perspectivas», advierte en la documentación.
Además, la compañía que preside Rafael del Pino, explica que el Gobierno español podría endurecer su tributación fiscal con motivo de ese traslado de sede. «Las autoridades fiscales españolas pueden considerar que la fusión queda fuera de la protección del Régimen Especial de Neutralidad Fiscal (...) Bajo este régimen de neutralidad fiscal, la fusión se beneficia de una neutralidad fiscal total o parcial consistente en el diferimiento del impuesto por las ganancias o pérdidas de capital que hayan podido surgir con motivo de la Fusión manteniendo la base fiscal de los activos y acciones afectadas por la Fusión». De no aceptar las autoridades fiscales españolas la neutralidad fisca, señala que «el principal impacto vendría de las ganancias por la enajenación de las acciones; sin embargo, sólo el 5,0% de las ganancias estaría efectivamente sujeto a impuestos a un tipo del 25,0%».
También advierte de la «incertidumbre» a la que podrían verse expuestos sus futuros accionistas en Estados Unidos para proteger sus derechos, puesto que la jurisdicción aplicable a Ferrovial es la neerlandesa o, en algunos casos, la española, pero no la estadounidense. «Como emisor privado extranjero, se nos permitirá seguir ciertas prácticas de gobierno corporativo del país de origen en lugar de las que Nasdaq exige para los emisores nacionales de EE. UU. Por ejemplo, podemos seguir las prácticas del país de origen holandés con respecto a la composición y función de los comités de nuestra Junta, ciertos requisitos de quórum y otros asuntos generales de gobierno corporativo. Además, en ciertos casos, podemos optar por seguir la ley de nuestro país de origen, en lugar de las reglas del Nasdaq (...), lo que puede brindar menos protección que la que se brinda a los inversores según las reglas de Nasdaq aplicables a los emisores nacionales de EE. UU».
Otro de los riesgos a los que apunta es la menor liquidez a la que puede verse sometida su cotización al cotizar en tres países a la vez, si bien no hace alusión a la posibilidad de dejar de cotizar en el futuro en alguno de ellos.
Ferrovial también reconoce que ha identificado «debilidades materiales» en sus controles internos sobre la información financiera. «Hemos identificado debilidades materiales en el diseño y la efectividad operativa de nuestros controles internos sobre la información financiera. Una debilidad material es una deficiencia, o una combinación de deficiencias, en el control interno sobre la información financiera, de modo que exista una posibilidad razonable de que una incorrección material en los estados financieros anuales o intermedios no se pueda prevenir o detectar oportunamente», «lo que puede afectar negativamente a nuestro negocio y el precio de nuestros valores», detalla la compañía. A continuación, expone que están trabajando «para remediar las deficiencias de control que llevaron a estas debilidades materiales de la manera más rápida y eficiente posible».
También incluye riesgos asociados al cambio climático: «Podemos estar sujetos a riesgos físicos y de transición en relación con nuestras actividades debido al cambio climático. Los riesgos físicos incluyen eventos climáticos extremos que pueden afectar a nuestra infraestructura y al desarrollo de nuestra actividad en la mayoría de nuestras Divisiones de Negocio. En este sentido, nuestra infraestructura necesita adaptarse a los efectos del cambio climático y ser resiliente a eventos climáticos extremos». Asimismo, subraya que el contexto actual de crisis geoeconómica fomenta políticas económicas encaminadas a priorizar intereses nacionales o regionales, y a aumentar la presión fiscal en algunos mercados. «Estas intervenciones podrían afectar la gestión de activos y el desarrollo de proyectos futuros», concluye.
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