El exjefe de Seguridad de Repsol exonera a Brufau de contratar a Villarejo

Araujo ha declarado al juez Manuel García Castellón que la decisión de contratar al ahora comisario jubilado fue suya, sosteniendo además que nunca informó a Brufau sobre su decisión, según han detallado fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio, que se ha extendido alrededor de hora y media.

Araujo ha relatado al juez sus orígenes como policía y ha dicho que nunca conoció a Villarejo mientras éste estuvo en activo: ni en la academia ni en los numerosos destinos por los que ambos pasaron. Su primer contacto, dijo, se produjo entre 2007 y 2008, cuando ambos se encontraron en una comida en la que el comisario se presentó como un inspector jefe en excedencia que tenía una empresa de seguridad.

Araujo, según las mismas fuentes, ha explicado al magistrado que no volvieron a coincidir hasta 2011. Fue en un corrillo por la festividad de los Ángeles Custodios, el patrón de la Policía Nacional, cuando el entonces responsable de Seguridad de Repsol intercambió unas palabras con el principal investigado en la 'operación Tándem', en libertad provisional tras ser detenido en noviembre de 2017 y pasar más de tres años en prisión preventiva.

En concreto, y tras percibir supuestamente en Villarejo una cierta inquietud durante su conversación, Araujo le preguntó directamente si éste trabajaba para Sacyr, lo que provocó que éste cambiase su semblante y se pusiera de perfil. Entonces, Araujo pensó que una buena forma de desactivar esta supuesta colaboración entre Villarejo y Del Rivero sería que fuese Repsol quien contratase directamente a Cenyt.

Para ello, recurrió al grupo de Villarejo porque el departamento de Seguridad de la petrolera no podía asumir la labor de recopilar información acerca de la constructora. Araujo pidió opinión a sus colegas de departamentos similares en otras empresas del Ibex-35 sobre la mercantil del comisario. El cometido, ha admitido el investigado, era conocer detalles acerca del pacto que Del Rivero trató de cerrar con la petrolera mexicana Pemex para hacerse con el control de Repsol, compañía en la que Caixabank era accionista de referencia.

Así, esa labor de inteligencia empresarial perseguía desvelar una serie de detalles: quién estaba detrás del pacto, quién financiaba la operación y con qué apoyos jurídicos y financieros contaba Sacyr. Especialmente, ha apuntado Araujo, cuando Repsol no es una mercantil con capacidad para acometer este servicio. Lo que Repsol no perseguía en ningún caso, ha concluido el compareciente, era obtener información de índole personal acerca de Del Rivero o su familia.

En suma, en 2011 Cenyt elaboró una serie de informes sobre Luis del Rivero, su mujer, el jefe de Seguridad de Sacyr y el antiguo director financiero de Repsol con información reservada y monitorización de teléfonos. Estos datos reservados fueron facilitados presuntamente por el comisario Enrique García Castaño a Villarejo. Cenyt recibió por este encargo abonos con cargo a las sociedades de Repsol y Caixabank por valor de 413.600 euros, de los que 218.900 corresponden a pagos de la petrolera y 194.700 al banco.