Un bar con sus puertas abiertas para facilitar la ventilación frente al coronavirus. LUIS ÁNGEL GÓMEZ | Vídeo: Atlas

Los empresarios cargan contra un plan de ahorro energético lanzado «a la desesperada»

Critican que las nuevas medidas del Gobierno lleguen sin consenso, mientras advierten de que implicarán más gasto y trabas burocráticas

Miércoles, 3 de agosto 2022, 20:31

Malestar, incertidumbre y, sobre todo, mucha confusión. El plan de ahorro energético aprobado el pasado lunes por el Gobierno ha puesto en pie de guerra al tejido empresarial español.

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Aunque bares, restaurantes y comercios se muestran de acuerdo con la necesidad de ahorrar energía, ... critican que las medidas anunciadas -entre las que destaca el límite a las temperaturas, el apagón de los escaparates a partir de las diez de la noche o el cierre de puertas para evitar el derroche energético- se han tomado sin consenso y sin tener en cuenta la diversidad geográfica y climática de España.

Asimismo, critican que supondrá más gasto y trabas para un colectivo, el de los autónomos, que no levanta cabeza desde que hace más de dos años estalló la pandemia. Si durante año y medio largo tuvieron que soportar restricciones debido a la crisis sanitaria, ahora llegan otras distintas procedentes de la guerra de Ucrania. Y algunas de ellas, opuestas. ¿Se debe ventilar las oficinas, locales y despachos como manda la normativa covid o hay que tener la puerta cerrada para que no se escape el calor o el frío de los establecimientos?

Este es uno de los muchos reproches que hace al Gobierno Lorenzo Amor, presidente de ATA, la principal asociación que representa a los autónomos. «¿Qué norma va a prevalecer? ¿Quién va a controlar que esto se cumpla? ¿La policía? ¿La inspección de trabajo?», denuncia el también vicepresidente de la CEOE, quien considera que estas medidas son «precipitadas».

El sector textil alerta de que las condiciones de trabajo de los empleados estarán por debajo de los estándares de calidad

«Veo un plan desde luego muy a la desesperada y estamos en un momento en el que hay que tomar medidas serias con políticas serias», señala Amor. En su opinión, es «muy difícil» que los negocios se adapten a las exigencias en apenas una semana y más estando en pleno mes de agosto. Advierte que esto impactará «indudablemente» en el colectivo, que aún no se ha recuperado de la pandemia y tendrá que asumir más gastos, más trabas y más trámites burocráticos.

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Frente a ello, el Gobierno arguye que con su paquete de medidas también se ha puesto en marcha una nueva línea de ayudas de 100 millones de euros para el sector servicios. «Se trata de subvenciones para reducir un 10% el consumo de energía, que estarán vigentes hasta 2024», dicen desde Moncloa. Pero para los empresarios no es suficiente.

Desde ATA Lorenzo Amor apunta que «hay lugares donde con 27 grados se enchufa la calefacción, mientras que otros con 19 grados enchufan el aire acondicionado». También critica que no se haya consensuado previamente con las comunidades autónomas y los diferentes sectores. «Cuando se toman este tipo de medidas no se puede hacer a la ligera ni a la desesperada, se tiene que contar con todas las administraciones», advierte.

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En esta misma línea, Eduardo Zamácola, presidente de Acotex, la patronal del textil, mostró su malestar por el límite a la temperatura, que «no tienen ningún sentido» y causará «incomodidad» a los clientes. «Y lo que es peor» -recalcó- provocarán que «las condiciones de trabajo de los empleados estén por debajo de los estándares de calidad».

Además, considera que el apagón nocturno de escaparates generará «un efecto doblemente perverso», puesto que los comercios perderán su «principal herramienta» de 'marketing' y se generará «inseguridad ciudadana». Por último, tilda de «completamente absurda» la recomendación de quitarse la corbata.

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La incertidumbre también llega a bares, restaurantes y cafeterías. José Luis Yzuel Sanz, presidente de Hostelería de España, sí cree que las nuevas medidas son «razonables» y que todo el sector las cumplirá sin problemas. Sin embargo, estos establecimientos no se consideran dentro del grupo de los afectados por las medidas estrella de la nueva normativa. Por ejemplo, defienden que su límite de temperatura máxima en verano seguirá siendo de 25 grados para «locales donde se realiza un trabajo ligero» que establece el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, donde se fijan las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.

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