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Manu Alvarez
Viernes, 27 de diciembre 2024, 15:16
Los empresarios alaveses han mostrado su temor a que Talgo, que cuenta con una importante factoría en la localidad de Rivabellosa, acabe bajo el control de la empresa pública polaca Pesa y ello signifique una deslocalización de la actividad industrial y también de las ... compras a proveedores vascos. Así lo han transmitido esta semana la patronal alavesa SEA y la Cámara de Comercio del territorio en un conjunto de cartas que han remitido al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; al lehendakari, Imanol Pradales; al ministro de Industria, Jordi Hereu; al consejero vasco de Industria, Mikel Jauregi y al diputado general de Álava, Ramiro González. El mensaje de las misivas es directo: que hagan todo lo posible para impedir esa entrada de capital público extranjero en una empresa que consideran estratégica y que, en sentido contrario, mantengan su respaldo a la propuesta realizada por el empresario vasco José Antonio Jainaga.
La posibilidad de que el fondo británico Trilantic venda su participación del 29,9% a la compañía ferroviaria polaca -o bien que ésta lance una opa por la totalidad del capital- es una opción que se ha rumoreado en las últimas semanas, si bien no ha existido comunicación oficial a la CNMV. La petición llega, además, apenas unos días después de que el Eejcutivo español haya prorrogado el 'escudo antiopas' para filtrar las tomas de control de empresas españolas por parte del capital extranjero.
«Desde SEA y la Cámara de Comercio de Álava, queremos hacerte llegar nuestra enorme preocupación por los recientes rumores de la entrada de capital polaco en Talgo y las pésimas consecuencias que esto supone para Álava y para toda Euskadi», señalan los empresarios en la misiva remitida a Pradales, en la que también dan cuenta de los mensajes remitidos al resto de responsables institucionales. Así, recuerdan que Talgo tiene más de 400 proveedores vascos y da empleo, directo e indirecto, a unas 5.000 personas en Euskadi.
«La noticia de que PESA, una empresa propiedad de la SEPI polaca, es decir, con capital 100% público, está interesada en comprar Talgo nos ha puesto en estado de alarma. Y nos preocupa especialmente por dos motivos: primero, perderíamos la sede y su fuerza en Álava, y, en segundo lugar, pondría en riesgo toda su capacidad de compra actual en el entorno», indican la patronal SEA y la Cámara de Comercio de Álava, instituciones que presiden Juan Antonio Sánchez Corchero y Gregorio Rojo, respectivamente. «No tenemos dudas de que una empresa pública polaca 'favorecerá' la compra a proveedores polacos en lugar de a proveedores vascos. Eso supondría que dejaríamos de tener contratos con Talgo y la consiguiente pérdida de actividad y empleo, hasta su posible desaparición», apostillan.
«Te pedimos, lehendakari, que hables con el Gobierno de España para impedir esta operación y la compra de una empresa esencial y estratégica para Euskadi, y evitar convertirla en una empresa polaca con todo lo que eso supone para todos», señalan en su carta. La postura de las instituciones empresariales alavesas -rechazo a la opción polaca y apoyo a la oferta realizada por el propietario de Sidenor- coincide así con las manifestaciones realizadas por las federaciones de industria de Comisiones Obreras y UGT.
En este contexto, los empresarios alaveses no dudan en mostrar su respaldo a la propuesta del empresario vasco propietario de Sidenor -«una oferta industrial y con posibilidades de hacer un proyecto de futuro que impulse y desarrolle la actividad de las más de 400 empresas proveedoras vascas», aseguran- y piden una acción decidida por parte de las instituciones.
En la reacción de los empresarios alaveses ha podido pesar las negativas consecuencias que ha tenido para el País Vasco la compra de algunas compañías estratégicas, que con el cambio de accionistas de control han desplazado fuera de Euskadi sus centros de decisión. El caso más evidente es el de la adquisición de Gamesa por la alemana Siemens que ha provocado un desmontaje progresivo del cuartel general de la empresa en la localidad vizcaína de Zamudio y el desplazamiento el epicentro de poder a Alemania.
Por otra parte las acciones de Talgo sufren a mediasesión bursátil de este viernes un nuevo retroceso en el entorno del 1,5%, en una jornada en la que el Ibex, el principal índice de la Bolsa española, contabiliza un ligero avance del 0,22%. Así, los títulos de la compañía ferroviaria cotizan en 3,37 euros por acción, precio que se sitúa un 48% por debajo de a oferta que llegó a formular en su opa la húngara Magyar Wagon -una operación que impidió el Gobierno español por razones de «seguridad nacional»- y un 18,5% menos de los 4 euros que, según ha trascendido, se ha mostrado dispuesto a pagar el empresario José Antonio Jainaga.
La inestabilidad en el accionariado y el anuncio por parte de Renfe de una sanción de 116 millones de euros por los retrasos acumulados en la entrega de las unidades del tren Avril -si, como es previsible, los auditores obligan a provisionarlo la empresa cerrará este ejercicio con pérdidas multimillonarias- han generado un importante descalabro en al cotización de la compañía. En el último año sus acciones se han depreciado casi un 25%.
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