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Zigor Aldama e Isabel Toledo (Infografía)
Sábado, 12 de agosto 2023, 00:25
La mayoría de las centrales nucleares opera durante una media de 38 años antes de ser desmanteladas, pero los expertos de la Oficina para la Energía Nuclear de Estados Unidos aseguran que no hay razones técnicas por las que no puedan estar en funcionamiento durante otros tantos. No en vano, según la Asociación Nuclear Mundial, el 94% de los doscientos reactores que se han cerrado en todo el planeta lo ha hecho por asuntos que nada tienen que ver con la seguridad de las instalaciones o con su capacidad para producir energía.
En un 25% de los casos, la decisión ha sido política y está relacionada con la preocupación por el entorno o con la estrategia de transición energética, mientras que el resto ha bajado la persiana porque había cumplido con el ciclo de vida proyectado o su explotación ya no resultaba rentable, como argumentó Iberdrola en el caso de Garoña y contra la opinión de Endesa.
A las centrales nucleares hay que sacarles todo el jugo posible, porque el proceso de desmantelamiento tiene un coste muy elevado. De ahí que se deba tener en cuenta desde el inicio de las operaciones, y que parte de los ingresos que generan se suela destinar al fondo con el que se financiarán los trabajos de demolición y reacondicionamiento del terreno.
197 reactores nucleares
Se han desmantelado en todo el mundo, muchos de los cuales son experimentales. De media, los comerciales han permanecido operativos 38 años, cuatro menos que Garoña.
20.500 toneladas de escombros
Son los residuos que generará el desmantelamiento de Garoña. Un 20% tendrá alguna carga radiactiva y será enviado al cementerio nuclear de Córdoba, el único que existe en España.
En el caso de Garoña, cuya titularidad ha pasado ya de Nuclenor a la empresa pública Enresa, el derribo está presupuestado en 475 millones de euros, que desembolsará el Fondo para la Financiación para actividades del Plan General de Residuos Radiactivos y a los que habrá que sumar el coste de gestionar el combustible radiactivo.
Además de caro, el proceso es delicado, peligroso y largo: está previsto que los trabajos en Garoña se alarguen una década, en la que se gestionarán 4.027 toneladas de materiales que cuentan con alguna carga de radiactividad y se trasladarán al cementerio nuclear de El Cabril, en Córdoba, el único almacén de residuos radiactivos de baja y media actividad de España.
1. La inmediata
Como en el caso de Santa María de Garoña, en Burgos.
+1.200
operaciones
Puede alargarse durante más de 10 años
42
466
MW
años operativa
de potencia instalada
2012
133.000
año de
desconexión
GWh de producción durante su vida útil
2. La diferida
La central nuclear Vandellós I, en Tarragona es un ejemplo.
40-60
años
de espera para que la radiación baje de forma natural antes de iniciar el proceso
3. La del sarcófago
En la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, se colocó una enorme cúpula para evitar la salidad de la radiación.
100
años
de seguridad garantizada
Altura
108 metros
Anchura
275 metros
1. La inmediata
Como en el caso de Santa María de Garoña, en Burgos.
+1.200
operaciones
Puede alargarse durante más de 10 años
42
466
MW
años operativa
de potencia instalada
2012
133.000
año de
desconexión
GWh de producción durante su vida útil
2. La diferida
La central nuclear Vandellós I, en Tarragona es un ejemplo.
40-60
años
de espera para que la radiación baje de forma natural antes de iniciar el proceso
3. La del sarcófago
En la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, se colocó una enorme cúpula para evitar la salidad de la radiación.
100
años
de seguridad garantizada
Altura
108 metros
Anchura
275 metros
1. La inmediata
Como en el caso de Santa María de Garoña, en Burgos.
+1.200
operaciones
Puede alargarse
durante más de 10 años
42
466
2012
133.000
MW
años
operativa
de potencia instalada
año de
desconexión
GWh de producción durante su vida útil
2. La diferida
La central nuclear Vandellós I, en Tarragona es un ejemplo.
40-60
años
de espera para que la radiación baje de forma natural antes de iniciar el proceso
3. La del sarcófago
En la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, se colocó una enorme
cúpula para evitar la salidad de la radiación.
100
años
de seguridad garantizada
Altura
108 metros
Anchura
275 metros
1. La inmediata
2. La diferida
3. La del sarcófago
Como en el caso de Santa María de Garoña, en Burgos.
La central nuclear Vandellós I, en Tarragona es un ejemplo.
En la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, se colocó una enorme cúpula para evitar la salidad de la radiación.
+1.200
Puede alargarse
durante más de
10 años
operaciones
100
años
40-60
42
de seguridad garantizada
años
años operativa
Altura
108 metros
de espera para que la radiación baje de
forma natural antes de iniciar el proceso
2012
año de
desconexión
Anchura
275 metros
133.000
466
MW
GWh de producción durante su vida útil
de potencia instalada
Hay tres fórmulas para borrar una central nuclear del mapa. La más habitual, y la que se utiliza tanto con Garoña como con la central José Cabrera –más conocida como Zorita–, es la inmediata: tras su parada y desconexión de la red, el desmantelamiento arranca en cuanto se aprueba el proyecto para el mismo, un proceso burocrático que en el caso de la central burgalesa se ha demorado más de una década, ya que involucra a diferentes departamentos que deben analizar la seguridad y el impacto medioambiental.
Una segunda opción es la del derribo diferido. Como explica el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), supone que, «después de la retirada de los elementos combustibles gastados y algunos componentes y estructuras, la instalación se mantenga en un estado pasivo o de latencia por un período de tiempo que puede oscilar entre los 30 a 100 años, después del cual se procede a su desmantelamiento total».
Esta estrategia busca disminuir la radiactividad de forma natural con el paso del tiempo, «hecho que se puede aprovechar para mejorar las condiciones radiológicas de la instalación cuando se aborde el desmantelamiento integral de la misma» y reducir así el coste del proceso. Es lo que se hizo con la central de Vandellós I, que en 2003 concluyó el nivel 2 de desmantelamiento y dejó el cajón del reactor, sellado y sin combustible nuclear, en un periodo de latencia de 25 años.
Finalmente, la malograda central de Chernóbil es un buen ejemplo de la tercera fórmula: la del sarcófago o desmantelamiento 'in situ'. «Se opta por encapsular y aislar la instalación en su propio emplazamiento y mantenerla así durante un período de tiempo adecuado para que los niveles de radiactividad decaigan lo suficiente para poder liberar dicho emplazamiento del control regulador. Esta estrategia implica, de hecho, el almacenamiento de los residuos en el propio emplazamiento de la instalación», detalla el CSN.
A pesar del temor que las centrales nucleares provocan, justificado con casos como el de Chernóbil o el más reciente de Fukushima, lo cierto es que solo 12 reactores se han desmantelado por accidentes que han comprometido su seguridad. Japón es el país más afectado –4 reactores de Fukushima y uno de Monju–, seguido por Alemania con dos. En España, la central de Vandellós 1, que se ve en la fotografía superior, también fue desmantelada tras sufrir un fuego en la turbina. No porque dejase de ser segura, sino porque repararla no salía a cuenta. Cuando su periodo de latencia concluya, se estima que el edificio del reactor habrá perdido el 95% de su radiactividad y que así resulte mucho más fácil demolerlo.
Antes de comenzar las fases del desmantelamiento propiamente dicho, lo primero de todo es apagar la central. Lo que se llevó a cabo en 2012, que fue el último año de actividad. A partir de esa fecha comenzaron la planificación del desmantelamiento y los largos trámites burocráticos para su aprobación.
1
El elemento más crítico, y al que primero se presta atención, es siempre el combustible radiactivo. Supone el 99% de la radiación.
Dicho combustible debe permanecer al menos tres meses sumergido en ella para enfriarse.
En ellos se almacena, dentro de la piscina, el combustible. Tras secarlos y presurizarlos ya pueden trasladarse al ATI.
En dicho almacén se colocarán de forma vertical todos los contenedores.
AUX STEP FOR JS
Este proceso es necesario para tratar de minimizar el impacto radiológico. Hacerlo antes de comenzar con el desmontaje permitirá la optimización de la gestión de los residuos radiactivos.
De forma paralela se llevará a cabo el desmantelamiento de los grandes componentes alojados en su interior. Dicho edificio se convertirá en el edificio auxiliar de desmantelamiento, y se destinará al acondicionamiento de los residuos radiactivos procedentes del reactor.
2
En la central, hay edificios con radiación y otros libres de ella. En los contaminados, el personal encargado del desmantelamiento necesita trajes especiales y medidores de radiación para controlar constantemente los niveles a los que están siendo expuestos.
AUX STEP FOR JS
Una vez descontaminados se llevará a cabo la demolición convencional de los edificios. Una gran parte de los materiales no radiactivos podrán ser reciclados y reutilizados. Los radiactivos de muy baja, baja y media actividad se transportan, para su gestión, al centro de almacenamiento de El Cabril en la provincia de Córdoba. Habrá que reacondicionar el terreno para ser reutilizado y por último proceder a la clausura de la instalación.
AUX STEP FOR JS
Al acabar el proceso, la titularidad del lugar será devuelta a Nuclenor. Con el paso de los años, el emplazamiento de la central nuclear quedará liberado para otros usos. Ya se han destinado 7,7 millones de euros para diferentes proyectos de recuperación del entorno.
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