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De todos los sectores económicos impactados por la crisis del coronavirus, el de las compañías aéreas es el que aún sigue sufriendo en todos los campos las mayores consecuencias de la parálisis económica. El presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, anticipa ... un invierno «muy duro» tras un verano «nefasto».
Esos malos augurios tienen su reflejo en la situación laboral por la que atraviesan las compañías del sector. La Asociación asegura que gracias a los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) se ha permitido pasar una temporada con niveles de oferta y demanda menores sin tener que poner en marcha medidas de reestructuración, pero alerta de que todavía hay mucha incertidumbre.
Por ello reclama la extensión de los ERTE al menos hasta la Semana Santa del 2021, ya que «no es descartable», según Gándara, que a algunas compañías no les quede más remedio que ir adaptando sus recursos a esos nuevos niveles de demanda hasta que se puedan recuperar los niveles previos. «Eso no implica que los ERTEs no sean necesarios, sino que entendemos que en un entorno de demanda volátil no descartamos que haya medidas más drásticas para poder adaptarse a ese entorno que va a tardar unos años en recuperarse», ha alertado el presidente de la organización.
Hasta ahora, el sector aéreo es el más afectado por los ERTE: más del 80% de su plantilla que se encontraba inmerso en este tipo de expedientes en el estado de alarma sigue estándolo hoy en día y hay másde un millón de puestos de trabajo en el sector en juego.
La asociación ha ofrecido un balance de la atípica y complicada campaña de verano marcada por la covid-19, en el que sólo uno de cada cinco pasajeros que viajaron en 2019 lo hicieron este año y es que las restricciones para viajar han impedido levantar el vuelo a las compañías aéreas en agosto y lastrarán con toda probabilidad la temporada de otoño-invierno.
Durante su comparecencia, Javier Gándara, ha calificado el verano como una «temporada nefasta», con un total de 220.000 vuelos operados en España entre junio y agosto, un 36% de los volados el año anterior, y un todavía peor comportamiento de la demanda, ya que solo un 20% de los pasajeros que viajaron la campaña estival de 2019 lo hicieron este año, es decir, una quinta parte, apenas 17 millones.
La ocupación en los meses de verano se ha situado en torno al 60% frente a niveles completos de otros años, y ello a pesar de que los precios han estado en niveles inferiores a otras temporadas en un intento por estimular la demanda.
En agosto sólo voló un 30% de los pasajeros que lo hicieron en 2019 y se registraron un 55% de operaciones respecto a las del año anterior, mientras que en julio lo hizo el 24% de pasajeros de hace un año, mes en el que se operaron el 40% de vuelos de 2019.
«El enfoque este año no es ganar dinero, sino optimizar pérdidas y recuperar la confianza de los consumidores«, ha explicado Gándara quien ha anunciado que las reservas de septiembre son «desoladoras», sobre todo en lo referido a los tráficos internacionales, muy afectados por la cuarentenas y las recomendaciones sobre todo de países europeos.
Ante esta situación, las aerolíneas piden al Gobierno a que adopte un Plan de Ayudas para la supervivencia y posterior recuperación del sector aéreo. «Con estos datos tan pesimistas de la campaña de verano es necesario que se activen con urgencia medidas que respalden al sector para poder encarar la temporada de invierno ya no con tranquilidad, sino con la seguridad de que todos los actores estamos haciendo todo lo posible por reflotar uno de los sectores estratégicos para la economía española», ha señalado Gándara.
El Plan propuesto por ALA se basaría en seis pilares fundamentales: un plan ambicioso de incentivos para animar la demanda de pasajeros con la bonificación de las tarifas aeroportuarias, principalmente de la tasa de pasajero y la de aterrizaje, ésta última más amplia que la propuesta de Aena y sin umbral mínimo para su aplicación. Las líneas aéreas consideran que el importe que deje de percibir Aena por esta rebaja tarifaria deberá cubrirse con cargo al Estado.
Además consideran que el Estado debería hacerse cargo de la totalidad de los costes e inversiones en los que incurra Aena por la adopción de las medidas de seguridad e higiene que implemente en el entorno aeroportuario frente al coronavirus.
Reclaman también mantener las tarifas aeroportuarias que se vienen aplicando a los pasajeros que embarquen con destino Reino Unido una vez finalice el período de transición el día 31 de diciembre de 2020, así como la supresión temporal de la tasa de estacionamiento (siete millones al mes durante el estado de alarma).
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