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José Antonio Bravo
Viernes, 22 de abril 2016, 20:56
Aunque la viabilidad futura de Abengoa parece ya garantizada al menos, a medio plazo tras el acuerdo entre la compañía de infraestructuras energéticas y el 75% de sus acreedores, la polémica sigue rodeando la labor de sus gestores anteriores e incluso salpica en parte a ... los actuales. Así ocurrió este viernes con la declaración de su último presidente el tercero en apenas siete meses, Antonio Fornieles, quien justificó la elevada remuneración entre sueldo y conceptos extra que percibió el fundador de la empresa y, a la vez, quien la dejó prácticamente en quiebra: Felipe Benjumea.
Lo hizo al testificar en la Audiencia Nacional, donde se investiga si las indemnizaciones cobradas por Benjumea (11,5 millones de euros) y su ex número dos, Manuel Sánchez Ortega (4,5 millones), estuvieron ajustadas a la ley o supusieron un abuso dada la delicada situación contable de Abengoa. Fornieles, citado a petición del abogado defensor de su antiguo jefe, coincidió en lo fundamental con él.
Sin embargo, la juez Carmen Lamela (instructora del caso) considera que esas compensaciones económicas «no se corresponden con las pactadas con la compañía ni son acordes con el estado económico y financiero de la misma». El único dato nuevo que aportó el presidente actual de Abengoa, según fuentes jurídicas, fue el concepto de la indemnización de 4,5 millones que cobró Benjumea: «cese anticipado y pacto de no competencia postcontractual».
Es decir, que el fundador de la compañía cobró ese dinero extra básicamente por no irse a la competencia, pese a que su gestión económica había quedado claramente en entredicho al conducirla casi a la suspensión de pagos se encuentra en preconcurso desde finales de noviembre y así podría seguir hasta el 28 de octubre para extender al máximo número de acreedores el pacto ya suscrito y sobre cuya importancia han vuelto a incidir los auditores en su revisión anual de las cuentas, con una deuda de 19.127 millones de euros. Según Fornieles, el abono era normal «para asegurar su permanencia».
Reproches de la acusación
No piensa igual la acusación particular, que le reprochó estos pagos cuando cerca de 51.000 accionistas de Abengoa han sufrido pérdidas muy importantes (de hasta el 95% de su inversión). ¿Quién le iba a fichar cuando acaba de hundir a una empresa muy grande?,, preguntó el abogado de los querellantes, Felipe Benjumea. Solamente puede ser uno que quiera hundir a su compañía, se respondió el mismo ante el silencio del ejecutivo.
En total, según el informe de remuneraciones presentado también este viernes ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a instancias de la banca -a la que Abengoa adeuda casi 5.000 millones de euros-, Benjumea ganó 15,6 millones en la empresa en 2015 (cesó de su cargo en septiembre a petición de la banca acreedora), el triple que el año anterior. A su vez, Sánchez Ortega, entonces consejero delegado, recibió otros 8,4 millones, el doble que en 2014.
Aún así, Fornieles -al frente de la compañía desde el pasado 1 de marzo- insistió en su declaración ante el juez en su versión de que los pagos multimillonarios a la cúpula de Abengoa no ocasionaron un perjuicio a su situación contable. De hecho, llegó incluso a sostener que ésta solo tiene un problema puntual de falta de liquidez pese a que ha estado a un paso de protagonizar uno de los mayores concursos de acreedores de la historia empresarial española.
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