El patriarca de Eulen recobra el control de Vega Sicilia pero los pleitos seguirán

A la vista de la sentencia dictada por la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, el veterano empresario de origen leonés debería recuperar, no ya el derecho al usufructo y el dividendo por su participación en la sociedad El Enebro matriz de varias bodegas, entre ellas Vega Sicilia, Alión, Pintia y Oremus, además de la empresa cárnica Valles del Esla, sino también los derechos políticos. «Los nudos propietarios (los cinco hijos díscolos) deben otorgar el poder» y lo han de hacer, precisan los magistrados, porque así figura en el Protocolo Familiar que unos y otros suscribieron hace un decenio para que el padre pasara a un segundo plano, pero manteniendo el control.

Aunque es la tercera derrota en los tribunales de los hijos díscolos por el mismo asunto la batalla empezó en 2010 en un Juzgado de Primera Instancia de Madrid, pasó luego a la Audiencia Provincial y ahora ha concluido en el Supremo, no arrojan aún la toalla. Al contrario, sostienen que este último fallo «en ningún caso le concede el control político de la sociedad», que permanecería así en sus manos. Su padre no piensa igual e insiste en que ya no les caben recursos.

Posible indemnización

La lectura de la sentencia parece inclinar la balanza a favor de David Álvarez, hasta el punto de señalar que si no recupera tales poderes «nacerá a su favor la acción de indemnización por los daños y perjuicios causados». El problema es que esto podría suponer un nuevo pleito de momento, habrá que esperar a la fase de ejecución de este fallo y al patriarca, de 88 años, le van quedando cada vez menos fuerzas tras el «largo y doloroso litigio» sufrido, como él mismo reconoce.

La batalla entre David Alvarez casado en terceras nupcias, dos de ellas con sus secretarias y cinco de sus hijos otros dos son fieles al padre se remonta a 2009, cuando aún compartían sin problemas la propiedad de las empresas. Pero por divergencias sobre el poder los rebeldes destituyeron al que había sido hombre de confianza del patriarca durante años, Santiago Carrero, por lo que calificaron de carácter intrigante- , aquel destituyó a uno (Juan Carlos, que había sido nombrado consejero delegado de Eulen) y el resto le apartó de El Enebro, la matriz de gran parte de las sociedades familiares.