La economía moderó a un 2% su crecimiento durante el verano

Este registro es superior al 1,1% del segundo -una estadística revisada claramente a la baja por el propio organismo estadístico desde el 2,8% apuntado inicialmente- pero inferior a las expecatativas planteadas por diversos organismos. El Banco de España, por ejemplo, anticipaba en sus cálculos del pasado mes de septiembre que el PIB podría crecer un 2,7% en verano, cifra de la que finalmente se ha quedado alejado.

El despliegue de la vacunación y la vuelta a la normalidad no han impulsado al crecimiento tanto como se esperaba. De hecho, el consumo doméstico ha retrocedido un 0,5% con respecto al trimestre anterior. La causa se puede encontrar en los primeros síntomas de dificultad que ya se veían venir al final del verano: el alza de los precios de la electricidad, que lastra a las familias pero también la actividad de las empresas (sobre todo las industrias); o los cuellos de botella en la distribución y suministro de cada vez más materias primas, sobre todo para las fábricas, se han convertido en un hándicap para que el PIB avance a un ritmo superior al actual.

Con el dato adelantado del 2%, la economía crece a un ritmo del 8% en términos interanuales después de que en 2020 cayera casi un 11%. En cualquier caso, el avance del verano supone el segundo trimestre en positivo después de cinco con el PIB cayendo de forma consecutiva. El objetivo del Gobierno era finalizar 2021 con un alza del 6,5%, aunque este reto parece encontrarse cada vez más lejos.

El propio Ministerio de Economía admite que «ha cambiado el balance de riesgos» al estar concidionado por «los cuellos de botella en la oferta, el alza de los precios energéticos y su efecto en la inflación», según ha destacado el Secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés. En cualquier caso, el 'número dos' de la vicepresidenta Nadia Calviño indica que España se encuentra en «una buena posición para afrontar un cuarto trimestre».

Para Economía, el avance del INE indica que el PIB en el tercer trimestre, junto con los datos de la EPA conocidos ayer, «confirman que durante el tercer trimestre la recuperación se ha acelerado, es decir que durante verano el avance en la campaña de vacunación y la mejora de la movilidad han impulsado el crecimiento de la actividad y del empleo».

El informe del PIB destaca «la calidad», dice Economía, en la composición del crecimiento. Por una parte, la demanda externa tiene una contribución «muy significativa» gracias al impulso de las exportaciones. Por otra parte, repunta la inversión en bienes de equipo, que es un «elemento de confianza» de los empresarios en el futuro de la economía. Y, finalmente, la productividad se recupera.

El dato del crecimiento de España ha sufrido vaivenes en las últimas semanas como consecuencia de la revisión que el propio INE hizo de su dato adelantado del segundo trimestre. Entonces confirmó que la economía no carburaba tanto como se esperaba inicialmente, ni siquiera de forma tan considerable como los primeros datos apuntaban al avanzar un 1,1% frente al 2,8% inicialmente estimado.

La revisión sorprendió a todos los analistas económicos al publicarse apenas dos días después de que el Gobierno actualizara el cuadro macro que sirve para preparar los Presupuestos Generales del Estado de 2022. En esos cálculos, la ministra de Economía, Nadia Calviño, se mostró «prudente» y dejó sus previsiones sin modificar: un alza del 6,5% para este año y un 7% para el próximo. Y anticipó que la «actividad diaria y el empleo» estarían a finales de año por encima de los niveles pre-covid. Un escenario que con la revisión del INE se puso en duda: la recuperación sería previsiblemente más moderada de lo estimado, salvo que el comportamiento del verano sea mucho mejor de lo esperado y permita compensar un alza del PIB menor de lo estimado en la primavera, algo que al menos durante el verano no ha ocurrido.