La economía española se dispara por encima del 3% por el consumo, la inversión y las exportaciones

Lo chocante de estos datos es que constrastan tanto con lo que está ocurriendo en buena parte de las grandes potencias europeas, cuyos crecimientos son raquíticos, cuando no inferiores al 1%, así como por el contexto en el que se han producido: hasta junio, los tipos de interés se encontraban todavía en el máximo de la vorágine del Banco Central Europeo (BCE), que los había elevado hasta el 4,5% en los dos últimos años; con los coletazos de la crisis energética; el impacto de la galopante inflación; y una economía mundial deteriorada por los datos del comercio. Justo cuando parecía que empezaba a vislumbrarse la recuperación europea, los últimos indicadores basados en encuestas arrojan una cierta debilidad, sobre todo concentrada en el sector manufacturero.

Sin embargo, España ha avanzado por la contribución del consumo privado, que registra un crecimiento del 2,9% interanual, impulsado por las ganancias de poder adquisitivo y la evolución del empleo. Asimismo, se acelera la inversión, con un crecimiento del 2,2% en el último año y mejoran también las exportaciones, con un crecimiento del 2,6% reflejando la competitividad de las empresas españolas. Además, todas las ramas de actividad presentan un crecimiento positivo en los primeros meses del año, destacando el crecimiento de la industria manufacturera, con un incremento del 5,2% en el último año.

También se ha mantenido el dinamismo en la creación de empleo y el número de horas trabajadas, que se elevó un 2,4% en tasa interanual, crecimientos compatibles con la mejora de la productividad por hora que creció el 0,7% en el último año.

Para el Ministerio de Economía, «los datos que hemos conocido hoy reflejan la fortaleza y crecimiento equilibrado de la economía española, que día tras día está siendo confirmado por los principales organismos nacionales e internacionales». «Estos factores, junto con la positiva evolución del mercado laboral, están permitiendo mejorar la capacidad de compra de los ciudadanos y la renta real de los hogares», indica el departamento dirigido por Carlos Cuerpo.

El titular de Economía culmina una semana plagada de datos y previsiones al alza de la economía, tras los nuevos cálculos del crecimiento económico por parte del Gobierno y de la OCDE para España, la fuerte bajada de la inflación y el aumento del PIB y la confianza de los inversores en la economía española.

El crecimiento tan vigoroso del segundo trimestre tiene mucho que ver también por el efecto arrastre de 2023. El INE revisó la semana pasada al alza sus propios cálculos de crecimiento económico de los últimos tres años. De esta forma, el año pasado el avance del PIB fue del 2,7%, dos décimas más de lo previsto hasta ahora. El INE hace este ejercicio cada mes de septiembre, pero antes de la pandemia las diferencias no eran tan altas. La nueva revisión del INE detalló también que en 2021 el PIB creció un 6,7%, tres décimas más de lo inicialmente previsto hasta ahora, por lo que la recuperación tras el hundimiento por la pandemia fue más vigoroso de lo que parecía. Y en 2022, la actividad económica creció un 6,2%, cuatro décimas más.

Varios organismos de primer nivel han ido actualizando sus previsiones de crecimiento para este año y todos lo han hecho al alza. Comenzó la semana pasada el Banco de España mejorando sus cálculos en medio punto hasta el 2,8%, lo que también prevé la OCDE, que actualizó las suyas este miércoles. El Gobierno ha decidido también rehacer su cuadro macroeconómico para adaptarse al consenso de los analistas, y prevé que este año el PIB español avanzará un 2,7%, lo mismo que el año pasado.