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La economía española sigue sufriendo el impacto de la pandemia a pesar de que hace meses que la recuperación empezó a tomar forma, acompañada de un notable desempeño en el mercado laboral. Los datos de deuda consolidada de empresas y familias publicados este martes por ... el Banco de España dejan claro que aún queda un largo camino para superar la crisis.
En total, la deuda de ambos segmentos se incrementó en 25.000 millones de euros entre septiembre de 2020 y el mismo mes de 2021 hasta los 1,65 billones de euros, siendo las empresas las que acumulan el mayor volumen de crecimiento con un repunte de su deuda de unos 22.000 millones, al pasar de 932.000 millones a 954.000 millones en ese periodo de doce meses.
Por su parte, la de los hogares repuntó de 701.000 millones a 704.000 millones de euros. Un crecimiento mucho más lento respecto al registrado por las empresas que podría venir derivado de la red de seguridad tejida por el Gobierno con medidas de protección como los ERTE o las distintas prestaciones.
Medidas que, junto a la recuperación, han provocado que en términos de PIB, la ratio de endeudamiento (sumando familias y empresas) se modere hasta el 140,9%, frente al 142,4% registrado en septiembre de 2020. Sin embargo, el dato se sitúa aún muy por encima del 130,5% de septiembre de 2019, antes del estallido de la crisis.
Lo que es cierto es que, pese a engordar su deuda, las familias parecen haber conseguido mantener su nivel de apalancamiento en mejores condiciones que las empresas, en un país en el que el mayor peso del sector turístico, ocio y hostelería ha provocado un mayor impacto de las restricciones derivadas de la pandemia.
Pero además, los hogares españoles también se beneficiaron del buen comportamiento de los mercados en 2021. Según los datos del Banco de España, su riqueza financiera neta se situó en 1,69 billones de euros a cierre del tercer trimestre, un 8% más en términos interanuales.
En total, los hogares acumularon 2,46 billones de euros en activos financieros (efectivo, acciones, depósitos y valores en renta), un 5,8% más que un año antes. La cifra equivale al 209,4% del PIB.
Según los datos de las cuentas financieras a cierre del tercer trimestre, este repunte refleja una adquisición neta de 67.400 millones de euros en el último año, concentrada en depósitos y, en menor medida, en fondos de inversión. Pero el verdadero repunte de la riqueza vino por la revalorización de esos mismos activos en 68.500 millones de euros, «concentrada principalmente en el primer semestre de 2021 en los instrumentos de participación en el capital de las empresas, aunque también se produjo en los fondos de inversión», indican desde el Banco de España.
Por componentes, el grueso de los activos financieros de los hogares sigue concentrado en efectivo y depósitos (el 41% del total), seguido de participaciones en el capital (24%), seguros y fondos de pensiones (16%) y participaciones en fondos de inversión (16%).
Precisamente, este último componente fue el único que incrementó su peso en los activos financieros de los hogares en el último año (1,6 puntos más), mientras que el peso de los seguros y planes de pensiones fue el que más cayó (-0,7 puntos porcentuales), evidenciando de nuevo el menor interés de los partícipes por este tipo de productos tras el 'hachazo fiscal' que el pasado año rebajó de 8.000 euros a 2.000 euros el máximo que se podía desgravar.
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