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El déficit de la balanza comercial española aumentó un 58,2% en enero y febrero con respecto al saldo negativo de 6.079 millones que ... acumuló en el mismo periodo de 2024. En la antesala del nuevo escenario comercial que se ha abierto con la guerra arancelaria desatada por el presidente Donald Trump, el saldo comercial de España -la diferencia entre las exportaciones y las importaciones- escaló en los dos primeros meses del año hasta los 9.618 millones de euros, la segunda cifra más alta de la última década.
Mientras las exportaciones han mantenido el ritmo con un tímido descenso interanual del 0,4%, las importaciones subieron un 4,9% respecto al mismo periodo del año anterior. Así se desprende del Informe Mensual de Comercio Exterior del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa que se publicó ayer y que pone de manifiesto que la Unión Europea continúa siendo el mayor proveedor de España -el 47% del conjunto de las importaciones proceden de los Veintisiete- y que España sigue comprando a las empresas estadounidenses más bienes de los que éstas importan de las compañías nacionales.
En concreto, las importaciones de bienes del país norteamericano aumentaron un 13% hasta los 5.413 millones de euros -un 7,6% del total- hasta el 28 de febrero. Al mismo tiempo, las ventas a EE UU descendieron levemente un 0,6% hasta los 2.760 millones.
Por sectores económicos, alimentación, bebidas y tabaco representaron una de cada cinco ventas al exterior (el 20,6% del total de las exportaciones) -frente al 13% de los bienes que importa en esta categoría-, seguido de los bienes de equipo (18,6%) y de los productos químicos (16,9%). En los últimos años las restricciones al comercio de alimentos por la pandemia, los fenómenos naturales adversos y la invasión de Ucrania ha hecho que la UE quiera potenciar su autonomía alimenticia mediante el fortalecimiento de la producción interna y una diversificación de las fuentes de suministro.
Un informe del Banco de España publicado este martes revela que España tiene una «elevada capacidad de suministro» y que es capaz de autoabastecerse de productos tan importantes para la dieta mediterránea como el aceite de oliva, carne, frutas y verduras. Sin embargo, nuestro país tiene déficit productor respecto al consumo de cereales, lácteos, semillas oleaginosas, aceites vegetales, azúcar, pescado y café.
En los últimos años, las restricciones al comercio de alimentos entre países ocasionadas por la pandemia, la mayor frecuencia de fenómenos naturales adversos y la invasión rusa de Ucrania, han hecho resurgir el debate sobre los riesgos para la seguridad alimenticia a los que pueden estar sujetos los países de la UE. A nivel europeo la región se podría autoabastecer de cereales, lácteos, verduras, carne y azúcar, según los datos del Banco de España. Sin embargo, necesita importar frutas, semillas oleaginosas, aceites vegetales, pescado, café y aceite de oliva para garantizar el consumo actual.
El artículo muestra que la UE tuvo como principales proveedores extracomunitarios en 2022 a Brasil, Ucrania, Noruega y Estados Unidos, mientras que en el caso de España fueron Brasil, Estados Unidos, Marruecos y Ucrania. En particular, Brasil es el principal proveedor de semillas oleaginosas, café y azúcar de la UE, y es también el principal proveedor extracomunitario para España de semillas oleaginosas, carne, azúcar, cereales y café.
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