Los combustibles, el inesperado gasto al que acostumbrarse

Ahora la situación, o mejor dicho, los números en los surtidores, no van a experimentar bajadas que puedan suponer un ahorro en los conductores. «Va a ser un coste más que vamos a tener que poner en nuestro presupuesto. Ni la bajada de la demanda después del verano ni un posible menor crecimiento de la economía de cara a 2024 va a hacer que la gasolina baje», asegura Javier Molina, analista de la plataforma de inversión eToro.

Los expertos consultados anticipan que el mercado tenderá hacia una «estabilización» de los precios en los que habrá que mirar con atención el comportamiento de la oferta y la demanda así como el crecimiento de otras economías, especialmente la china.

Fue en abril cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió reducir la producción en 1,1 millones de barriles por día hasta finales de 2023 ante la drástica bajada que estaban experimentando los precios. «A la OPEP le interesa mantener un precio que sea lo suficientemente alto para obtener ingresos pero que no sea tan elevado como para desincentivar el consumo», aseguran desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP).

La política de los países productores, ratificada de nuevo en junio y con una reducción extra por parte de Arabia Saudí de manera unilateral, hizo que el precio volviera a situarse en unos niveles «asequibles» para unos países que pretenden mantenerlo por debajo de los 110 dólares el barril. Pero a pesar de que la oferta de petróleo se ha visto reducida, y que la OPEP ya ha abierto la puerta a seguir ajustando su producción en función de la situación económica, el crudo, explican fuentes de la AOP, ha sufrido una demanda récord en estos últimos meses.

Todo a pesar de que China, el mayor consumidor de petróleo, vio crecer su PIB en el segundo trimestre tan solo un 0,8% como resultado de una caída en la demanda interna y externa. «Si las débiles cifras de crecimiento que muestran continúan, habrá menor demanda, pero la OPEP reajustará su oferta para mantener el precio elevado».

Lo que ven poco probable es que se vuelvan a alcanzar los dos euros por litro, que sí llegaron a ver los conductores en 2022. Pero las bajadas que se pudieran producir no supondrían un ahorro para las familias, a pesar de la vuelta a la normalidad y de una posible disminución de la demanda en el mercado local. «Sería un movimiento leve por el conglomerado de factores por el que se define el precio», señala el analista de XTB, Adrián Hostaled.

Si el precio final que paga el consumidor depende del coste del crudo así como de las cotizaciones internacionales de los productos ya refinados, durante estas semanas han estado al alza las dos variables. Unos parámetros que representan en torno al 40% del precio que paga el consumidor. Es por lo que a pesar de que el precio actual es similar al que había cuando existía la bonificación de 20 céntimos, los expertos no ven que por el momento se vayan a volver a implantar medidas semejantes, más teniendo en cuenta que fue una ayuda en el contexto de la guerra en Ucrania. «Ayudó a los ciudadanos en un momento puntual, pero se demostró que cuando se deja de bonificar, los precios vuelven a sus niveles. No se puede luchar contra la oferta y la demanda global», apunta Molina.

No obstante, el consumidor tiende a notar las subidas más rápidamente que las bajadas, a pesar de que, según AOP, los precios en el surtidor siguen con la misma rapidez las subidas que las bajadas. «Es un falso mito que las alzas se trasladen mucho más rápido», aseguran desde la AOP.