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«A veces, el techo al que se enfrenta la mujer no es de cristal. Es de silicona. No se puede romper». Sin embargo, Silvia Arto sí que ha logrado rasgarlo: es directora de Comunicación del banco BNP Paribas. «Al principio me sentía sola. Me faltaba conectar con otras mujeres españolas en una situación profesional similar», recuerda esta mujer que creció en Vitoria y dio el salto al país vecino para cursar un máster. Por eso, y para que otras puedan seguir sus pasos, Arto fundó hace tres años en París el Club de Ejecutivas Españolas. «Empezamos quedando media docena para cenar y ayudarnos, y la iniciativa ha ido creciendo», cuenta.
No en vano, ya son casi cien socias en Francia, uno de los pocos países que cuentan con más del 40% de mujeres en los consejos de Administración. Y el éxito del Club ha sido tal que ha comenzado a establecer sucursales por otros países: desde Estados Unidos, hasta Singapur. Su objetivo también se ha ampliado: «Por un lado, queremos inspirar a nuevas generaciones, darles a las jóvenes esos referentes que nosotras no tuvimos y demostrarles que se puede conseguir el éxito», explica la directiva vasca, señalando que colaboran con diferentes universidades españolas y que su Premio a la Excelencia Femenina también responde a esa meta.
«Me habría gustado contar con un grupo de referencia cuando yo empezaba mi carrera», coincide Ángeles García-Poveda. Preside Legrand, un gigante de las infraestructuras eléctricas y digitales, y es una de solo dos mujeres que ostentan ese cargo en las empresas que componen el índice bursátil CAC40, equivalente al Ibex 35. Está convencida de que referentes como los del Club que amadrina sirven para estimular a la juventud.
«Las ingenierías, por ejemplo, han evolucionado poco desde que me gradué. Todavía hay pocas mujeres. Tanto las escuelas como las familias deben incentivar el cambio, orientando a las niñas de forma diferente. Y la industria también tiene su responsabilidad en generar vocación. No conozco a nadie que haya visitado una fábrica y no haya salido fascinado», analiza García-Poveda, preocupada porque «en ningún otro momento la tecnología va a influir tanto en nuestras vidas y nunca hemos estado con niveles tan bajos en ciencias».
Silvia Arto
Fundadora del Club de Ejecutivas Españolas
Arto tiene claro que la sociedad actual no puede permitirse dejar de lado la mitad del talento, el que representan las mujeres. Por eso, otro de retos de su Club «es fomentar una reflexión sobre los problemas globales junto con los hombres». Y en ese diálogo, que se distancia «del feminismo radical», a menudo se debate sobre las cuotas. «La mujer está penalizada en el entorno empresarial, y por eso se establecen. Se pretende aflorar el talento que está escondido, no poner a alguien de directiva por el mero hecho de ser mujer», explica Arto. «Fui muchos años contraria a las cuotas, y siguen sin convencerme, pero sí me gusta lo que están logrando», coincide García-Poveda. No obstante, ambas inciden en la necesidad de dar tiempo suficiente para que el cambio sea «ordenado, sólido y duradero».
Bárbara Martín Coppola es consejera delegada de Decathlon, Premio a la Excelencia Femenina, y una ejecutiva que ha trabajado en multinacionales de medio mundo, desde YouTube en Estados Unidos a Samsung Corea del Sur. Donde más igualdad ha encontrado ha sido en los países nórdicos. «En Ikea, lo que no se consideraba normal es que no hubiese igualdad, y estaba perfectamente asumido que tu superior fuese mujer», recuerda. Y señala un elemento clave de esa realidad: «Todo el mundo se va a las cinco de la tarde, y no se trabaja los fines de semana».
Ángeles García-Poveda
Presidenta de Legrand
Coppola, nombrada por Fortune como una de las 100 mujeres más poderosas del mundo de los negocios, incide en la importancia de la conciliación familiar. «Desde que nacieron mis hijos, he buscado siempre empresas que la permitiesen. Mi vida en familia me hace mejor CEO, y una cultura de la conciliación crea empresas más fuertes», comenta, subrayando que «España tiene un problema de horarios, porque los de padres e hijos están desacompasados».
Arto y García-Poveda concuerdan en que quien más se beneficia de la igualdad de género no es la mujer, sino la empresa. «Porque la diversidad es un claro factor en el impulso de la productividad», señala la primera. Y no solo la de género. «Hay que hablar menos de esa y más de diversidad de pensamiento», añade la segunda. Para García-Poveda otra de las principales claves está en la meritocracia, de la que se habla más de lo que se practica.
Bárbara Martín Coppola
CEO de Decathlon
Las tres están convencidas de que se camina en la dirección correcta, pero a ninguna le convence la velocidad a la que se da el cambio. «España está haciendo bien cosas en la representación política de las mujeres o en las cuotas, pero podría ir más rápido», apostilla Coppola, que aprecia ya una transformación del liderazgo, «cada vez más alejado de la virilidad», y de los ambientes de trabajo, «donde hay más confianza y la posibilidad de expresarse sin miedo».
Precisamente, el tercer objetivo del Club que fundó Arto es «ofrecer a las mujeres ayuda tanto profesional como personal en un entorno de confianza». Facilitar el éxito internacional de las jóvenes españolas. «Estamos cambiando el mundo, abriendo camino para nuestras hijas», afirma Arto, que tiene una de 21 años. «Las generaciones que vienen van a ser muy diferentes», sentencia Coppola.
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