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No iba de farol. Las esperanzas de que Donald Trump volviese a posponer los aranceles del 25% sobre las importaciones de México y Canadá se ... desvanecieron el martes a las 00.01 horas, cuando se ejecutó la medida, la más agresiva hasta la fecha al suponer la ruptura del tratado de libre comercio que él mismo negoció con sus vecinos y una auténtica sacudida para sus integradas cadenas de suministro. A este golpe que no tiene precedentes se sumó una tarifa adicional del 10% para las compras de China, de forma que el total en el caso del gigante asiático llega al 20%. La guerra es total.
La respuesta de los tres países afectados fue beligerante, especialmente en el caso de Canadá. Su primer ministro, Justin Trudeau, se mostró dispuesto a replicar con toda su artillería y anunció sus propios aranceles. «No nos detendremos ante esta medida estúpida», aseveró en una solemne intervención dirigida a la nación. En un tono más calmado pero igual de firme la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, explicó que el próximo domingo concretará su respuesta. «A México se le respeta, somos naciones iguales», aseveró. Por su lado, China anunció un nuevo listado de restricciones para las importaciones estadounidenses, sobre todo en el ámbito alimentario.
De esta manera la guerra arancelaria desatada por Donald Trump entra en una nueva dimensión, lo que causó un tormenta en los mercados financieros internacionales y disparó la incertidumbre económica. Es tal el daño que esta escalada puede suponer que no pocos inversores confiaban en que la amenaza de los aranceles fuese solo una estrategia para mejorar su posición en futuras negociaciones. Ya los había retrasado un mes y su justificación -la inmigración ilegal que llega de esos países y el contrabando de fentanilo- no tiene bases muy sólidas. Pero su puesta en marcha ha desbaratado cualquier esperanza de que Trump entre en razón. «Si las empresas se mudan a Estados Unidos ¡¡¡No hay aranceles!!!» se limitó a decir a través de las redes sociales.
Anexionarse Canadá
Los aranceles impuestos afectan a una amplia gama de productos aunque las importaciones de energía procedentes de Canadá, que es su principal proveedor de petróleo, se limitan al 10% en vez del 25%. Trudeu respondió que impondrá aranceles inmediatos que afectarán a 30.000 millones de dólares de importaciones estadounidenses y dio 21 días de plazo a Washington para retirar los gravámenes sobre la energía. En caso contrario amenazó con imponer tarifas a otros 125.000 millones de dólares en productos. «Los canadienses son razonables y educados, pero no nos detendremos una vez empiece la lucha», advirtió. Acusó a Trump de querer socavar la economía canadiense para luego «hablar de la anexión del país». «Pero eso nunca va a pasar», afirmó.
México no quiso detallar todavía sus medidas de réplica. Sheinbaum señaló que las expondrá el domingo durante una audiencia pública desde la Plaza del Zócalo, en Ciudad de México. «Cooperación y coordinación, sí. Subordinación, intervencionismo, no», señaló. China concretó sus propios aranceles, que oscilan entre el 10% y el 15% y afectan a una variedad de productos alimentarios como el pollo, el trigo, el maíz o el algodón.
Y la guerra no ha hecho más que comenzar. El 12 de marzo se activará el arancel del 25% sobre el acero y el aluminio y el 2 de abril se implementarán tarifas adicionales al sector automotriz y agrícola. Europa está en el punto de mira.
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