La carrera para presidir el BEI entra en su recta final con Calviño como clara favorita

Bélgica es el país encargado de coordinar el proceso de sustitución del actual presidente del BEI, Werner Hoyer. Sin embargo, las negociaciones llevan encalladas desde septiembre. El motivo: había dos claras favoritas y el ministro de Finanzas belga, Vincent van Peteghem, no quería celebrar una votación sin que hubiera una «candidata de consenso».

Pero ahora parece que la hay. Peteghem envió esta semana una carta al resto de ministros de la UE dando su apoyo a Calviño como próxima presidenta del BEI, tras las consultas llevadas a cabo entre los Estados miembros y lo que supone un nuevo impulso a su candidatura. La fecha fijada para la votación es la de este viernes y, a pesar de tener el apoyo de varios países, todo dependerá del voto de Francia, uno de los estados con cuyo voto tiene más peso en este órgano financiero, y que aún no ha comunicado su decisión.

En total, la ministra española debe lograr el voto favorable de 18 Estados miembros, que tengan al menos un peso del 68% en el accionariado del BEI. Alemania, a través de su canciller Olaf Scholz, ya ha hecho público que respaldará a Calviño. El país tiene un peso del 18% en el órgano financiero –al igual que Francia e Italia–. España es el cuarto accionista con el 11%, seguida por Bélgica, Países Bajos y Polonia (con cerca del 5%).

Su principal rival, la danesa Vestager, cuenta con el apoyo de su país, Dinamarca, y de Bulgaria y Grecia. También podría recibir el respaldo de Finlandia, de los bálticos y de Italia, que la semana pasada dejó entrever que apoyará a la excomisaria en caso de que su candidato, el exministro de Finanzas Daniele Franco, no sea elegido. Además del voto de Francia, queda por ver a quién apoyarán Suecia y Polonia en el caso de que descarten a sus candidatos, el exministro de Energía sueco, Thomas Östros; y la antigua titular de Finanzas polaca, Teresa Czerwinska.

La candidata danesa ha ocupado uno de los principales puestos del Ejecutivo comunitario y cuenta con un gran prestigio en Bruselas. Ha recibido el apoyo de los liberales europeos, la familia política del presidente francés Emmanuel Macron. Sin embargo, su papel como jefa de Competencia de la UE y su bloqueo a fusiones de empresas estratégicas como la francesa Alstom y la alemana Siemens, hacen que le vaya a resultar difícil lograr el respaldo del Elíseo.

Calviño, por su parte, cuenta también con experiencia en las instituciones comunitarias. Fue directora general del Presupuesto de la Comisión Europea y ha llevado las riendas de las negociaciones sobre la reforma de las reglas fiscales de la UE durante la Presidencia española del Consejo Europeo. El nuevo marco europeo sigue todavía en negociaciones, pero si lograra cerrarlo antes de final de año, supondría un broche de oro para su candidatura.

En 2020, la española fue la favorita a presidir el Eurogrupo. Sin embargo, en el último momento su aspiración se vio frustrada cuando, en un giro inesperado, los Estados miembros se decantaron por el irlandés Paschal Donohoe. Habrá que esperar a la próxima reunión de los ministros de Finanzas para ver si, en esta ocasión, se cumple el guión previsto.