Sánchez lleva cinco años consecutivos acudiendo al foro económico de Davos en Suiza, y cinco años en los que ha ido reuniéndose con los empresarios españoles que también se encontraban en ese evento. Pero la relación del Ejecutivo con los distintos empresarios dista mucho desde 2019 hasta 2024. Después de un complejo año marcado por la política fiscal que afecta a las grandes multinacionales españolas, el encuentro de ayer fue cordial, correcto, protocolario... pero sin grandes alardes de entusiasmo al menos por parte de los ejecutivos del Ibex.
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Los gestos así lo mostraban. La seriedad imperó en una reunión que en ningún momento fue forzada pero a la que tampoco acudieron entusiasmados. No obstante, las relaciones de Pedro Sánchez con el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, se han visto deterioradas desde que la compañía constructora decidiera trasladar sus sede social a Países Bajos hacia ahora casi un año. Tampoco han sido radiantes las fricciones entre Moncloa y el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Ima, por la prolongación del gravamen extraordinario a las energéticas. Y así un suma y sigue con Ignacio Galán, Ana Botin, Carlos Torres...
Un inesperado aplauso fue el que marcó el inicio de la reunión aunque no era para el propio presidente del Gobierno sino para el consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, quien ha sido reconocido con el premio 'Best Vision of the Future 2024' en Davos. Después el presidente de Gobierno departió con todos los empresarios para hablar sobre inteligencia artificial, perspectivas económicas y sobre los riesgos que afronta la propia economía en un complejo contexto internacional.
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José María Camarero
Pero nada se habló sobre las cuestiones más polémicas que han enturbiado las relaciones del Ibex con la Moncloa a lo largo de los últimos 12 meses marcados por la campaña electoral, las elecciones generales de julio y la posterior negociación del Gobierno con los independentistas catalanes. El impuesto extraordinario a la banca y a las energéticas fue un tema tabú que nadie quiso sacar para no abrir la caja de Pandora que podría haber frustrado en la reunión. Tampoco salió a la luz el nuevo tipo mínimo del impuesto de sociedades que el Gobierno pretende aplicar a las grandes compañías tal y como se ha acordado en los ámbitos internacionales.
Ni siquiera el presidente del Gobierno comentó lo que pocos minutos antes había relatado en una entrevista televisiva en la que apostaba para que España y el sector público se adentrará con más fuerza en parte de las compañías privadas sobre todo consideradas estratégicas tal y como tiene intención de hacer en Telefónica, cuyo presidente José María Álvarez-Pallete también se encontraba en la reunión
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Los directivos del Ibex saben perfectamente cómo moverse con los distintos inquilinos del Palacio de la Moncloa punto y en el caso del presidente Sánchez asumieron que era necesario reunirse con él aunque fuera por cortesía y tratando de evitar los charcos que podían haber enturbiado la reunión. Por delante quedan más o menos meses o años de una legislatura que todos atisban compleja pero con la que cuentan que también deberán negociar con el ejecutivo de cara a las medidas que pueda tomar para que no deje de funcionar el Ibex, el motor económico de España y la imagen que ofrece al exterior.
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