Los cambios en impuestos y tasas amenazan el recibo de la luz con los precios en récord del año

La posible suspensión del gravamen que pagan las compañías por generar luz en sus centrales (un tributo fijo del 7%) es la primera de las dudas que se ciernen sobre la tarifa. Este cambio está supeditado a la votación que PP, Junts y otros partidos (Vox, ERC y CCC) han aprobado en el Congreso por la que se revierte la intención del Gobierno de aplicar este gravamen tal y como estaba antes de la crisis energética de 202,2 tras dos años de rebajas para paliar los efectos de la inflación de precios.

Si ese impuesto se retira del sistema, el Ejecutivo ya ha advertido de que sería necesario elevar los cargos del recibo para compensar la disminución de ingresos derivada de ello.

Los cargos representan una cuarta parte de la factura –se integran en la parte fija– y sirven para financiar la deuda eléctrica, las primas a las antiguas renovables o el pago para garantizar el suministro en las mismas condiciones para las islas y territorios no peninsulares.

Tampoco está claro aún, cuando resta poco más de una semana para fin de año, si habrá cambios con respecto a las previsiones iniciales sobre dos impuestos que también impactan en la factura. Uno de ellos es el IVA, que teóricamente debería volver a su estado inicial del 21% independientemente de cómo se comporten los precios eléctricos.

A partir del 1 de enero, se acaba la modulación del IVA en función del precio medio mensual de la electricidad en el mercado mayorista:si ese coste medio del mercado eléctrico del mes anterior a la realización de la lectura del consumo se situaba por debajo de los 45 euros/MWh, el IVA a la electricidad se veía incrementado hasta el 21%;si se encontraba por encima de esa referencia, el IVA sube. En el caso del Impuesto Especial de la Electricidad (IEE) se encuentra en el 5,11%, después de que bajara al 0,5% en 2023.

Todas estas dudas confluyen con unos precios de la luz en máximos del año. Desde el 26 de noviembre el mercado eléctrico español ha registrado los precios más altos del año 2024.

El día 12 se alcanzó el valor máximo del año, de 146 euros/MWh, seguido por los 143 euros/MWh registrados un día después. Durante ese período, los precios diarios han superado los 120 euros, salvo en el puente, cuando descendieron debido a una menor demanda eléctrica asociada a los festivos. Este descenso coincidió, además, con una mayor producción eólica en esos días. A estas alturas del año, las previsiones apuntan a un 2025 con precios elevados o, al menos, mucho más altos que la media de los últimos 12 meses. El mercado de futuros apunta a un coste medio de la luz el próximo año de casi 70 euros/MWh. Y solo en el primer trimestre, en pleno invierno, podrían superarse los 80 euros.

Mientras tanto, las cinco grandes compañías encargadas del negocio de la distribución de la luz en España (Iberdrola, Endesa, Naturgy, Viesgo y EDP)aspiran a poder incluir en el recibo unos 670 millones de euros al año durante los próximos ejercicios hasta 2031, para así realizar las inversiones necesarias en el mantenimiento y adaptación de toda la red a la nueva realidad económica marcada por la proliferación de plantas renovables; la demanda de nuevos negocios intensivos en consumo, como industrias; o la seguridad de las líneas para garantizar el suministro.

En total, la cifra alcanzaría los 4.000 millones de euros, al ir incrementándose las necesidades con el paso de los años, para el nuevo periodo de retribución –así es como se denomina– entre 2026 y 2031 que se está gestando en el seno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Este organismo se encarga de determinar a cuánto ascenderán los pagos que deben recibir estas empresas por la distribución, en lo que representa una tercera parte de la factura que pagan los españoles.

Llegado el momento en el que Competencia debe apuntar a cuánto asciende ese dinero que deben recibir las energéticas, vía recibo, fuentes del sector insisten en la necesidad de elevar ese importe para el próximo periodo quinquenal aunque la decisión tendrá un impacto «neutro» en el recibo de los clientes.