Calviño pedirá la ayuda europea para los ERTE, pero descarta el fondo de rescate

Así que la posibilidad que tiene España de poder utilizar hasta el 2% de su PIB de una bolsa de 240.000 millones queda en un 'ya veremos'. Porque, de momento, «estamos en una situación muy favorable, en una media del 0,3% de interés de financiación». Utilizar la herramienta europea, tendría una carga inferior, del 0,1% (se ha estimado el ahorro en unos 2.000 millones), pero «hay que tener en cuenta no solo el tipo, sino el conjunto de la cartera financiera de un Estado». La cuestión es que, de momento, se descarta.

Calviño se refería a ambos movimientos antes de participar en una nueva videoconferencia con sus colegas europeos. Una semana después de la anterior. Pero ésta con un carácter más «operativo». Se conectaron para dar empaque legal a los acuerdos alcanzados sobre el paquete de respuesta a corto plazo contra el coronavirus. Esa triple red de seguridad (el Mede, apoyo a las pymes a través del BEI, y financiación de ERTE) que, según defendió Mario Centeno, presidente del Eurogrupo, va cristalizando «en tiempo récord» y que conlleva una reserva antipandémica de unos 540.000 millones de euros.

Se cerró así «formalmente» el acceso al primero de esos recursos, la línea precautoria del fondo de rescate al que (se insiste) el Gobierno no va a recurrir de momento. Ya estará disponible a partir del 1 de junio. Se dio también luz verde a los citados 100.000 millones para los expedientes de suspensión temporal de empleo y ayudas a autónomos. Y «hubo progresos» (sin muchos más detalles) en las condiciones en las que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) canalizará fondos a las pequeñas y medianas empresas. La previsión aquí es movilizar otros 200.000 millones más.

Los ministros también mantuvieron «una discusión exploratoria» sobre el plan de recuperación en cuyo diseño trabaja la Comisión Europea. Va con retraso. Con mucho retraso. De hecho, no se conocerá hasta el día 27, tal y como confirmaron este viernes desde el equipo de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Y ese será solo un primer paso. Porque a partir de esa fecha comenzará una ronda de negociones de duración incierta con todas las capitales para conseguir dar mayor robustez a un texto que tendría que ser validado por el Consejo Europeo.

Y ya se sabe, diferencias entre norte y sur, más subvenciones a fondo perdido y menos préstamos... A Madrid no le preocupa el retraso si la propuesta tiene el cuajo que exige «tamaño acorde con las necesidades de recuperación y dotación importante de transferencias.

Sobre ese fondo de recuperación, que estará bajo el paraguas del presupuesto plurianual 2021-2027, tendrá la última palabra al Parlamento Europeo. Y éste ya ha marcado con claridad lo que exige. «Esperamos no tener que llegar a ese punto»; al de vetarlo, aseguraba su presidente, David Sassoli.

Von der Leyen tiene desde este viernes la orientación. El voto favorable de 505 eurodiputados (119 dijeron no y 69 se abstuvieron) permitió sacar adelante una resolución que emplaza a la alemana a apostar por dos billones de euros como cuantía para ese 'plan Marshall'; a no hinchar las cifras con «hechicería financiera» y multiplicadores sospechos; a cargar esa dotación «principalmente» con ayudas directas no reembolsables; y a una emisión de deuda pública garantizada por el presupuesto comunitario.